Prensa española, manipuladora

Este es uno de los eslóganes que se canta en la calle Ferraz, junto a la sede del PSOE.

Yo también lo he coreado junto con todas esas personas que estaban allí el pasado fin de semana. Persona de mi edad, familias con niños, jóvenes…sin violencia pero con indignación.

La prensa, concretamente la de la cuerda del presidente, como la sexta por ejemplo, para colaborar con el teatro preparado por el gobierno progresista, llevaban casco y chaleco antibalas.

Ridículos, como si se encontraran en primera línea de fuego en la Franja de Gaza o en el Dombás. Les gusta la puesta en escena que les marca el gobierno.

Estaba, toda la prensa de izquierdas, junto a la élite anti disturbios que ha mandado Marlaska, y solo encendían el piloto rojo de su cámara cuando algún manifestante levantaba la mano, o cuando llegaban (normalmente sobre las diez de la noche) un grupo de policías disfrazados de radicales (no solo se sospecha, sino que han sido identificados por el grupo de colaboradores de Alvíse Pérez, con foto, nombre y número de placa) todos de negro, con pasamontañas y banderas pre constitucionales. Entonaban el Cara al Sol, y ya tenías a los periodistas encendiendo la cámara para mostrar indignados que la manifestación era solo de ultras, derechones y fascistas. Ese mismo grupo de falsos ultras, una vez tiraban bengalas y calentaban el ambiente, salían tranquilamente por donde estaban los policías sin que los parasen. Visto por mí.

El sábado 11 de noviembre fue la manifestación más caliente.

Cargó la policía antes de lo previsto, sobre las diez menos cuarto, pues el grupo de teatro “La Marlaskona” (nombre supuesto) llegó antes de lo previsto, pillando a muchas personas de avanzada edad en medio del gas y las pelotas que disparaban a lo loco.

La policía cerraba, con lecheras y un despliegue nunca visto, todas las calles que iban a parar a la sede del PSOE, convirtiendo en una ratonera el lugar de la manifestación.

Encerraban a los manifestantes en esa trampa, con todas las salidas blindadas por la policía, y una vez acorralados los gaseaban y disparaban pelotas que podían desde sacar un ojo hasta romperte las costillas o dejarte inconsciente en el suelo.

Si querías salir recibías “jarabe democrático en las costillas o las corvas de las piernas” antes de identificarte para ser fichado.

Esto la prensa comprada con subvenciones, no lo cuenta, y al verlos con tan poca ética y poca vergüenza, no me pude aguantar, y cogí el megáfono de un chico que estaba cerca de mí en primera línea, junto a las vallas que separan al grupo de élite de la policía nacional de los manifestantes. Me dirigí ya con altavoz a los periodistas y les dije lo que pensaba de ellos.

Les recordé que habían estudiado periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información, y allí, desde primero de carrera una máxima que te enseñan es a decir siempre la verdad y ser neutral a la hora de dar las noticias. Algo que estos periodistas no cumplían al estar comprados.

• “No sois periodistas ni sois nada, os han comprado y habéis roto con la máxima más importante del periodismo: Dar la verdadera información. Sois unos manipuladores. Me dais pena.”

Tras éste discurso ya los tenía yo en mi contra y deseando encontrarme. Me habían visto perfectamente la cara y cómo iba vestida.

Mira por donde en un directo de 4 horas que hizo un periodista de OK diario esa misma noche y en el que salía yo hablando durante menos de un minuto, me localizaron y han aprovechado para darme estopa,  y me han dado por todos sitios.

Me han sacado en la sexta casi a diario durante 3 días, han hecho memes conmigo y me han intentado dejar como la “Señora ultra” de la manifestación, manipulando lo que digo y sacando las frases de contexto, en su línea periodística. Nada nuevo.

Y digo yo, si todo lo que tienen que enseñar, es mi imagen, y si para ellos yo represento a la extrema derecha, es un honor aparecer día sí y día también en su cadena para que todo el mundo se dé cuenta de lo tontos que son.

Hasta el denominado por sí mismo “gran Wyoming” se ha fijado en mi persona, y junto al otro gran periodista Dani Mateo han intentado ridiculizarme haciendo ellos el ridículo.

 Les ha salido el tiro por la culata.

Sacan una anécdota que yo conté y que relaté como significativa de que en España son los propios españoles en una gran mayoría los que se avergüenzan de mostrar la bandera o de gritar “Viva España”. Es un complejo que ha conseguido la izquierda progresista inculcarle a muchos españoles. Porque la izquierda progresista, ya empiezan manipulando el propio lenguaje al llamarse “progresistas” cuando son unos dictadores caducos.

La anécdota es la siguiente: Iba yo en el metro (a las doce de la mañana, aunque cuando lo cuento no digo hora), y se me ocurrió gritar Viva España, para ver la respuesta que tenía esa exclamación.

La respuesta fue el silencio…y entonces se me ocurrió decir “Viva Perú”, y fue entonces cuando una mujer dijo “¡VIVA!”.

Con esto es evidente que quiero constatar que ninguna persona se avergüenza de su país, y de gritar un ¡viva!, excepto muchos españoles.

 Ni lo que cuento es de una persona racista ni las tonterías que dejan caer estos dos payasetes, simplemente cuento que los españoles no suelen corear el ¡Viva!

Pues estos dos personajes, comienzan el impactante notición sacando mi imagen, mientras anuncian:

• “La prueba de que el movimiento ultra se está viviendo, la aporta esta simpática señora. Preparaos (dicen tirando de ironía) porque la historia es dura.

Y después de sacarme contando la anécdota, que no tiene nada de particular añaden:

• “Buena anécdota”, jeje (dice el Gran Wyoming) “alomejor es que en el metro por la mañana temprano solo van los inmigrante, que son los curritos, la España que madruga y trabaja”.
• “A eso voy a eso voy, la España que madruga son esos” (apunta Dani Mateo, tirando una cable a los inmigrante)…Si lo decía ella como crítica y cómo dejándolo caer (dice leyéndome el pensamiento, ya que ellos son más listos que nadie), la verdad es que la situación es desoladora. “No lo digo porque nadie gritara Viva España, sino porque muy mal, muy mal de manifestantes tienen que estar los demócratas vintage, para que dejen estar a alguien que va por ahí gritando ¡viva Perú! En sus manifestaciones.”

O sea, queriendo demostrar que los demócratas que ellos llaman “vintage” somos unos ultras, se lían, dicen chorradas, y lo único que demuestran es lo tontos que son y las pocas noticias de verdad que encuentran estos señores.  Menudos periodistas, defenestran la profesión.

¿Después de ver el directo de 4 horas de okdiario.com, la única persona que les ha parecido ultra y poco demócrata soy yo?

Deberían centrarse en informar por qué tantos españoles de todas las ideologías (incluso de extrema izquierda) se han lanzado a las calles a protestar sobre la amnistía.

El cuento de que éramos violentos no cuela, ni cuatro gatos, yo le he visto con mis ojos. La única violencia la ha ejercido el grupo de infiltrados que mandó Marlaska. Una puesta en escena malísima, tipo los sobres con balas, la pintada de “Coletas rata” en el asfalto y todos los numeritos que hace la izquierda para victimizarse o manipular la realidad.

Nos han robado el país, reventado totalmente la separación de poderes, y se han repartido la nación con prófugos y criminales. Y la noticia es una señora que cuenta una anécdota que tergiversan y manipulan. ¿La noticia soy yo? ¿No os da vergüenza?

 ¿No te da vergüenza Gran Wyoming forrarte a base de ser un millonario de izquierdas y bailarle el agua a un gobierno corrupto y nefasto haga lo que haga?

Te vi en Zahara de los Atunes, donde veraneas, con tus amigos progres hace muchos años. Allí todo el mundo te conoce.  No tienes pinta tú de madrugar mucho ni de colaborar a levantar España. Tampoco de tirarte el rollo con los inmigrantes. Mucha marcha y mucho “Barbate, atún y chocolate”. ¿No es así?

Anda, date un puntito en la boca y deja de hacer el ridículo.

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