El plástico, un comodín letal
En estos tiempos de arrepentimientos ecológicos, el plástico tiene un protagonismo evidente. Una presencia tan natural como para nosotros estar vestidos con ropas. Eliminarlo parece imposible. Tan grande es el reto que preferimos dejar el asunto para otras cosas menos importantes.
Los contenedores caídos en el mar, con pellets en las playas llaman nuestra atención estas últimas semanas. El problema parece superar a los políticos de turno y los vértigos del petróleo. Despierta viejos demonios, este discreto tema vuelve a la superficie una vez más, como un testimonio de la exageración. La naturaleza lanzando gritos de sufrimientos. Se hace visible ahora mismo con un panorama más amplio tanto ecológico como de salud. Una ocasión de recordarnos que el plástico es un problema muy grande. Se veía venir desde hace muchos años. Acumulación gigantesca de plásticos en el mar creando con las corrientes, unas islas de basura flotando. Las costas del mundo, hasta el ártico, las zonas remotas se encuentran con mucho plástico desde décadas. Cualquier carretera está llena de plásticos que la gente tira desde sus coches. Practicando el ciclismo testificó haber visto este hecho lamentable.
En el hogar es impresionante la cantidad de plásticos que acumulamos. Los esfuerzos se hacen para disminuir su impacto en la naturaleza. No hay consenso sobre los datos del reciclaje. Muchas contradicciones. En general la realidad es mucho peor que lo anunciado. Se pueden informar sobre estas estadísticas por internet. Prácticamente, todo está hecho o embalado con plásticos. Los productos domésticos e industriales, para abaratar sus costes, se fabrican con plásticos. También se usa para reducir el ciclo de vida útil de las cosas. Prefieren aumentar la rotación de producción y el consumo. Es mucho más rentable. Disminuir el peso de las cosas. Un comodín muy venenoso. El problema es que no es bio degradable, provoca un montón de problemas después de su uso.
Costes que el productor ignora por completo. La sociedad toma el relevo con todas las consecuencias. Un montón de aditivos y colorantes, productos químicos para poner colores y diversas características mecánicas para multitud de usos diferentes. Es un drama premeditado. Su reciclaje es una realidad ahora, pero muy insuficiente. Se estima que el 50% de todo el plástico termina en los vertederos o peor abandonado en la naturaleza, los ríos, lagos, y el mar. La cadena alimentaria se ve afectada con las aves y los pescados, los animales comiendo micropartículas de plásticos. Los humanos también terminamos con contaminarnos. Los efectos son varios y no son del todo identificados. La obesidad es una nueva pista que se investiga.
Los adeptos de un planeta más sostenible tienen un reto mayor para convencer un cambio de rumbo. Por el momento te hablan de la transición térmica a la eléctrica. Una diversión para mirar por otro lado. Estos coches son más pesados con las baterías, más plástico es necesario para aliviar el conjunto. Max y más ejemplos.
Ahora con el precio del aceite de oliva virgen extra, prefieren poner un antirrobo de plástico que corte las alas a los distribuidores intermediarios. Prefieren cobrarte la bolsa de plástico que ofrecerte una en papel. No limpiar los bosques para que se quemen. La pulpa necesaria para un retorno a valores más seguros no está del gusto de los gurús del plástico. Ya que no leemos los periódicos, se podría adelantar proyectos de transición en los supermercados. Pero que va. Todo, absolutamente toda gira entorno al plástico como un comodín, el protagonista indispensable.
No quiero hablar de los animales, las aves, los pescados y nosotros que finalmente estamos absorbiendo también micropartículas de plástico. Un daño muy real, comprobado. Todavía todo está escondido debajo de las alfombras. Otra bomba de relojería preparada en los hangares de los departamentos de salud de los gobiernos. Este es igual que el tabaco, el alcohol, el excesivo uso de la del y azúcar con la alimentación non saludable. Los responsables no pagan las facturas de la salud años después cuando todo va mal.
Todos pagamos y otros se embolsan los beneficios. Esto no es aceptable.
En realidad, poco se hace. Es tan grande el problema que nadie quiere hacer nada. La cosmética parece más bonita. En el fondo nuestra sociedad no puede permitirse una reducción masiva del plástico. Demasiados intereses económicos, políticos y estratégicos impiden cualquier solución, aunque razonable. Apaños y resoluciones blandas para limpiar la consciencia es lo que prevalece. Agendas a treinta años para dejar todo en manos de las próximas generaciones. Todas las medidas son punitivas, restrictivas, se especula mucho sobre los esfuerzos del usuario. Un poco más, tiene la culpa de todo. Muchas iniciativas telemáticas y redes sociales para limpiar zonas contaminadas muestran el interés para limpiar y reciclar. Pero nadie hace algo con impacto desde el origen del problema. Para nada se reduce la producción de plásticos.
No es de sorprender la falta de eficacia.Una meta perfectamente alcanzada.El origen del problema no está en las agendas de las economías.
Así que continuamos con el baile y con la casa ardiendo.
La ciencia, posiblemente, encontrará una fórmula para neutralizar los efectos nocivos del plástico. Más vale tarde que nunca. Obligar resoluciones drásticas a cumplirse por los industriales y distribuidores.
Diversiones con otras metas.
Hay dificultades aparentes para parar las guerras, conflictos locales, todo el mundo peleando por una torta cada vez más chica.
Hasta que el agua potable comienza a escasear. Otros nuevos conflictos que van a ocuparnos. Puede ser un objetivo de que si todo empeora es muy bueno para algunos predadores.
La población global no para de crecer. Supongo que más de uno, los líderes del mundo oculto apostan por una limpieza por eliminación de una parte de la población. No se habla de eliminar el plástico.
Una solución atractiva con la posibilidad de seguir con el sistema actual. Para que cambiar de rumbo si las cosas le van tan bien. Las tensiones políticas, la carrera para armarse, fabricar bombas y municiones está muy de moda. Guerras provocadas y alimentadas para no pararlas. Son nuevos indicadores de un rumbo bastante inquietante. Los temas internos y el nivel de tensiones de muchas naciones son realmente insostenibles. Las Naciones Unidas, y otros organismos de paz no tienen más el respeto de sus proveedores financieros. Resoluciones de conflictos ahora caóticas. Todos los papeles para que todo vaya al garete.
Letal es el asunto. Todo se calienta más rápido que un volcán. Mama mía, nos volvemos todos locos. Perderlo todo para unos exagerados megalómanos. Que estupidez. A ver si la juventud despierta.
Viva la vida
Descubre más desde
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Descubre otras Noticias relacionadas a El plástico, un comodín letal puedes visitar la categoría Opinión.
Deja una respuesta
Más INFORMACIÓN Relacionada: