La libertad se aprecia cuando no la tiene.
Su definición está escrita en múltiples formas, abundantes explicaciones. Pinchar sobre la libertad y la lista es mucho más grande que tú lista de compras.
El niño puede jugar como se da la gana en un parque infantil. La condición es que siga las reglas del parque. Por ejemplo, la interdicción de jugar con una pelota, usar patinete, empujar a otros, no gritar, no comer, no ensuciarse, etc. etc. el resultado es sencillo, todos hacen lo mismo. Suben y bajan del columpio diseñado por el arquitecto. Muchas obligaciones y poca libertad. Desde los pañales te lo enseñan.
La libertad se cataloga con una lista infinita de temas. Cada una de sus divisiones está descrita con sus leyes, reglas y restricciones. Se suponen toneladas de documentos. La libertad de expresión, pensamiento, opiniones, ideas, diversidad cultural, prensa, culto, asociación, económico, financiera, sexual, digital etc. etc.
Nuestra sociedad es muy compleja, múltiple y diversa.
Con la política y sus múltiples capas, la administración se transformó en una maquina tan grande que si sigue así superara la vida privada. Tomando el mando de todas las operaciones, dictando un camino obligatorio con rieles y alambre de pua en sus dos costados. Ni siquiera un espacio para estacionarte. La autoridad y la tecnocracia y muchos líderes narcisistas perversos superan ya la esencia de la democracia. El capitalismo salvaje, el expansionismo otro socio bulímico también acampando a sus anchas. Todo está a un nivel asfixiante que impide la creatividad, la soltura y la genialidad de toda una parte de la población. Se nos acerca el impago, la quiebra voluntaria con sus excesos. La libertad en este caso es la primera que se puede atacar.
Esa libertad plena, una aspiración muy bonita escrita con letras de oro en nuestras tierras democráticas se derrite como un hielo en verano. En apenas unas décadas se percibe claramente una reducción de las libertades en términos generales. Sobre el papel se puede decir que no cambia sus aspiraciones, continua de verse como un libro de culto en la biblioteca. Lo que cambia es un cerco a sus potenciales seguidores con un incremento exagerado de reglas y leyes que disminuye mucho su brillo. Es puramente un tema de poder con las autoridades. La libertad vista como un freno a la dominación individual. Esa necesidad de contención, de manejar los tiempos, frenar tus aspiraciones, manipular tu mente. Se nos oscurece la visión del futuro, se dibujan puertas cerradas. Para ti es como una nube que te quita la luz del sol. Se sigue viviendo, pero con la sensación de que te ocultan un plan sutilmente. Cuando te das cuenta de que es tarde, siempre pierdes. Que te quitan la energía, la alegría. Para ellos es mejor concentrarte en producir que de soñar. Transformarnos en productos que no contestan, no hablan, no reaccionan. Obedecer a la demanda.
Te dicen que tus hijos no van a tener las mismas oportunidades, que tus impuestos van a seguir aumentando, que no vas a poder ver tu peli porque es demasiada disruptiva, etc.
Amenazas de todo tipo. Tu mente está ocupada al contener la molestia, te transforma en un ser perdedor, tus defensas son más débiles, no te das cuenta que te quitan libertades a dosis pequeñas todo el tiempo. Es muy engañoso, un mecanismo sin fallas. Para compensar tus preocupaciones, te ofrecen la democracia a raudales, te convencen de que es mejor que del otro lado.
Con el tiempo no lo dudamos. Una buena parte de tus impuestos van a la propaganda democrática. De tanto venderte la marca que aumenta su precio para conseguir mejores márgenes. No hay competencia en un mercado con cuarteles regulando todo. El problema es que te ofrecen una naranja, pero enseguida te dicen que hay que compartirla con diez más. La primera impresión es que te quitan algo. La segunda es que no vas a dejar a los otros sin comer un trozo de tu naranja por solidaridad. Luego piensa que es exagerado, hay un montón de naranjos alrededor. Vas por tu cuenta y además la consigues más barata como una marca blanca del supermercado. La libertad tampoco es ir a por tu cuenta pisando a los otros. Se entiende la contención, la solidaridad, la convivencia, la sensatez.
La libertad como una forma de progreso.
No es que hay que tumbar la democracia, tampoco el capitalismo, es la exageración que bien podría ser la pandemia de nuestros tiempos. Es este caso, que si hay remedios. Nuevamente hay un problema que solucionar antes de poder erradicar la enfermedad. Como una ecuación matemática compleja, simplificarla es la mejor vía para descubrir la solución. La demagogia no lleva a ningún puerto, no se trata de eso.
Cuantas leyes, ordenes, obligaciones, directivas, regulaciones, procesos administrativos, jerarquías y estructuras hay que simplificar. Paraliza la acción, el desarrollo, la creatividad, el instante. Cuantas ideas brillantes encerradas en cajones por la administración, el poder, la exagerada carga de trabas y obligaciones que disminuye la libertad de emprender, la libertad de construir, la libertad de cambiar.
Es cierto que hay temas que ofrecen más libertades que en el pasado. Esto no significa nada en el conjunto envuelto con un enredo significativo. Parece un macizo de cables de todos los colores, no funcionan bien las maquinarias y no sabe cuál es el cable que cortar.
Es como ofrecer un hueso pelado a un perro, lo entretiene, pero no lo alimenta.
Las grandes libertades fundamentales individuales tienen sus días contados.
A seguir así, superando las restricciones y obligaciones a las libertades, el equilibrio se rompe. Nadie se preocupa por decirnos la verdad. Los gobiernos, las megaempresas dominantes globales son las que tienen el poder, son los constructores de la escasez, de las leyes reductivas, progresiva amputación de muchas libertades. Tiene algo parecido a la diabetes, te quitan un dedo del pie, luego la pierna, no puedes caminar. La opinión, la prensa, las ideas son ejemplos significativos. La prohibición de manifestar cada vez más promocionado complica su presencia en las calles. Leyes mordazas, prohíben con censura presentar obras de teatro o películas que no encajan un modelo, disuadir o matar a periodistas de opinión. Ahora mismo hablar de la paz es disruptivo para los gobiernos en fase de rearmarse. La seguridad está en peligro dicen de repente. Parecen dóberman con hambre, prefieren morder que cuidar a las ovejas. Las redes sociales tienen sus filtros con cortes de líneas si no encaja con el modelo de sociedad. Etc. Las empresas dominantes no aceptan la competencia, la eliminan o la absorben. Es un partido sin igualdad.
Si no tienes un móvil es muy difícil convivir con la sociedad, si tú no tienes una cuenta bancaria es imposible trabajar, cobrar, pagar facturas. Debes alinearte a patrones obligatorios, filtrantes, discriminantes, tu huella está encriptada, digitalizada, no escapa a la vigilancia perpetua. Las libertades tales como se venden deben ser revisadas. Tenemos el derecho a más transparencia. Más oxígeno para prosperar. Preguntar lo que nos espera y a ver si tenemos la libertad de contestar, de rectificar, modificar ese menú estándar que quieren darnos de comer a todos. La deuda pública ha pulverizado otro récord histórico en febrero al alcanzar los 1.602.662 millones de euros, por encima de la cota que ellos mismos fijan de los 1,6 billones de euros. Es una deuda inimaginable. Como es posible llegar a esto …Los que nos mandan tienen el síndrome de la megalomanía. Son peligrosos e insanos. Piensan que vamos a pagar esta deuda con nuestro trabajo. Quitarnos las libertades les va muy bien. Hay que encerrarlos todos.
Nuestra diversidad no encaja con un modelo único.
Deberían saberlo. La derecha y la izquierda, el capitalismo y el comunismo finalmente reunidos, van al mismo doctor, toman las mismas medicinas. Padecen los mismos síntomas. En la sombra ya hay muy buenos amigos que unen sus conclusiones. Los bloques geopolíticos pueden ahora fusionarse sin problemas, sólo coser las costuras del traje para lucir un nuevo mundo con un dictador en la cabeza. El modelo único está en camino. De las libertades es quien se acordará….
Viva la vida.
