Hace algunos años que empecé a oír hablar de la Ley de Violencia de género. No sabía que era una ley hecha únicamente para la mujer, pensé que cubriría a niños maltratados por personas mayores en superioridad, a mujeres maltratadas por hombres, mujeres que maltratan a otras mujeres, hombres y mujeres que maltratan a ancianos y mujeres que maltratan a sus parejas.
Es decir, una ley que iba a defender a los ciudadanos de la violencia en general.
No entendí bien la palabra “género”. Ahora ya la han ampliado y la llaman “Ley de Violencia machista”, para que no haya dudas.
¿Por qué hacen una ley solo para parar la violencia de los hombres? ¿Solo es violento el hombre?
Hay cada día muchas mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas, aumentando en progresión geométrica desde que comenzó la famosa Ley. También han muerto hombres a manos de sus parejas o a manos de los amantes de sus parejas – que es como ellas actúan, es el caso de Page, la viuda negra de Patraix- y han muerto muchos niños a manos de sus padres, madres o parejas de los padres, pero no hay estadísticas ni están contabilizadas estas muertes.
Y voy más allá: Los medios de comunicación les dan otro trato a los asesinatos de una mujer a un hombre o de una mujer a otra, y sobre todo ocultan los casos , cada vez más frecuentes, de madres que asesinan a sus hijos, aunque los medios de comunicación intentan silenciarlos, como es el caso de la pequeña Olivia, un ángel a la que su madre decidió quitarle la vida solo porque la custodia se la habían dado al padre, o el caso de muchos otros niños víctimas de madres empoderadas por la famosa Ley que les da alas para decidir el futuro de sus hijos.
Recuerdo varios casos de mujeres que han matado a sus hijos tirándose con ellos desde las ventanas de un edificio. La noticia se da como el suicidio de una madre con el bebé junto a ella. Un suicidio ampliado, o una caída fortuita: “Caen desde un quinto piso una madre con su hija en los brazos”.
En ningún momento se dice que esa madre ha matado a su hija, es más, se le disculpa y se habla en todo caso de depresión y momento de desesperación.
Y es que hay muchos intereses creados en torno a la famosa Ley de Viogen, y solo interesa las muertes de mujeres a manos de hombres a los que les une un vínculo sentimental, que es donde se reciben las subvenciones, pues hay un entramado en torno a lo que es ya un suculento negocio, entre los que están los periodistas que ocultan la verdad a cambio de la jugosa subvención del gobierno.
De entrada, como bien argumenta VOX (el único partido que está en contra de ella), es una Ley anticonstitucional, puesto que la Constitución nos dice bien clarito que “Todos los españoles somos iguales ante la Ley”. En cambio, esta ley discrimina al hombre.
Nota de la foto: Aumento desproporcionado de denuncias de violencia de género en Maracena desde el caso “Juana Rivas”.
A Vox se le acusa de estar a favor del maltrato a la mujer solo por no estar de acuerdo con esta ley. Es una forma más de manipular el programa de un partido que defiende la igualdad de todos ante la ley, sin discriminación por motivos de razas, sexo o discapacidad. Eso defiende VOX, que clama la igualdad de todas las personas, apuntando que la violencia no tiene género, y que no hay niños de primera y de segunda, como se les trata a los niños asesinados por sus madres, a los que el gobierno ni menciona ni dedica minutos de silencio. NI el asesinato de un hombre (valga como ejemplo el caso conocido como el de la cabeza de Castro Urdiales, por el que la asesina Carmen Merino, ha sido condenada solo a 15 años, después de matar y descuartizar a su marido).
Yo misma, he intentado llamar al 016 para denunciar el maltrato de una madre hacia su hija, y me han contestado que llame a otro sitio, por ejemplo a la policía, que ese teléfono no está para esos casos. Solo atienden en los casos de violencia de un hombre hacia su pareja.
Cada día, no solo VOX, sino cientos de personas reivindican que “la violencia no tiene género ni edad” pero no se les escucha, porque para ésta famosa ley, la violencia tienen género masculino, y por lo tanto el 016 solo atiende a casos de mujeres maltratadas por sus parejas. Y no solo hay a disposición de este gran negocio un teléfono las 24 horas del día, sino que un batallón de sicólogos, abogados y personal de servicios sociales, trabajan a las órdenes de los chiringuitos de violencia de género, incitando a las mujeres a poner denuncias falsas como única solución para obtener la custodia de sus hijos, y no la compartida, donde dejarían de cobrar la pensión de alimentos de los hijos.
Son estas madres, las que en algunos casos, aconsejadas por los servicios sociales o sus abogados, utilizan contra el padre de sus hijos la llamada “bala de plata”. Es decir, acusar al padre de abusos sexuales contra los hijos, lo que ocasiona el fin del contacto entre padre e hijos, a pesar de ser (en muchos casos) mentira.
Ya hace años que empecé a pensar el por qué se defiende tan a ultranza una ley que no está dando buenos resultados, y la respuesta la encontré en la subvención que da Europa por cada denuncia de maltrato que presenta España: 3000 euros.
Un caramelo, 3000 euros por cada denuncia sea verdadera o falsa, eso no lo miran.
Por esta razón, desde despachos de abogados y casas de la mujer, tengo constancia que se anima a las mujeres a poner denuncias falsas. El negocio es redondo para las dos partes: las entidades públicas españolas reciben 3000 euros de subvención y la mujer denunciante, la Renta activa de Reinserción (un sueldo de aproximadamente 600 euros según comunidad) que se le concede a una mujer por el simple hecho de presentar en servicios sociales una denuncia por maltrato.
Luego viene la segunda parte: Los niños son tratados como víctimas colaterales y se les aparta de sus padres, para pasar a la consulta periódica de los sicólogos que trabajan para la red clientelar y que no los sueltan hasta que los han adoctrinado a base de bien, puesto que su trabajo está en juego si destapan que esos niños ni han sido abusados por el padre ni han visto violencia alguna.
Y aunque se de sobra que muchas mujeres son maltratadas y que necesitan y merecen toda la ayuda del mundo y una ley que las proteja de esta violencia , quiero destacar en este artículo el abuso de entidades y de las propias mujeres, que hay detrás de la famosa ley.
No quiero que nadie dude de mi rechazo absoluto al maltrato. por desgracia conozco un caso muy cercano, y es por esto que me indigna la frivolidad con la que se dan ayudas a quien no se les debe dar, dejando de emplear ese dinero en mayor protección a las verdaderas maltratadas o en prevención del maltrato.
El simple hecho de poder conseguir un sueldo como mujer maltratada, es el anzuelo para que muchas mujeres pongan denuncias falsas, sin necesidad de presentar pruebas, vale solo con su testimonio, y mucho más ahora, después de aprobarse la famosa Ley del SI ES SI.
De momento una mujer que declare que está siendo víctima de maltrato, físico o síquico y se siente amenazada ya pone en marcha un dispositivo policial para que busquen al supuesto maltratador y lo llevan al calabozo, con la pulserita localizadora en el caso de que a las 24 horas sea puesto en la calle.
A él de entrada le ponen orden de alejamiento y a ella el sueldo de Reinserción. Luego viene la justicia, que es muy lenta, y en los casos en los que el hombre queda absuelto no se le castiga a la mujer por haber puesto una denuncia falsa. Se va de rositas e incluso sigue cobrando el sueldo de maltratada. Hablo con conocimiento de causa.
Esta subvención convierte en un negocio el problema de la violencia de género y perjudica gravemente a las mujeres que realmente están siendo maltratadas, ya que la multitud de denuncias falsas taponan las verdaderas.
Sirva como ejemplo el caso de Juana Rivas, icono para toda España de mujer sufridora y maltratada, que ha estado cobrando su sueldo de Reinserción, recibiendo ayudas de la casa de la Mujer de Marcena, y a la que todos los jueces han condenado, incluso en Italia ha sido calificada de manipuladora y nociva para sus hijos.
No hay que olvidar los daños colaterales de esta ley tan injusta, que condena a los hombres sin apenas pruebas: Muchos hombres, al no poder resistir la presión social junto a la tristeza de que pasen años y años sin poder ver a sus hijos (puesto que la ley no protege a estos padres ni a sus hijos, al no obligar a la madre a cumplir el régimen de visitas), no encuentran otra salida que el suicidio.
En España la tasa de suicidios es mayor en el hombre que en la mujer, https://gaceta.es/civilizacion/telefono-suicidio-hombres-espana-20180416-1835/
Éstos datos se achacan a que a los hombres les cuesta mucho más que a las mujeres pedir ayuda a cuando la necesitan. Los motivos son : el paro, el juego y la situación que viven muchos hombres de tener que abandonar su casa, dejar de ver a sus hijos pero seguir pagando la hipoteca y la manutención de los hijos, que los lleva a una situación de asfixia económica. Si a esto le sumamos las víctimas de denuncias falsas, que al ser considerados maltratadores por ley dejan de ver a sus hijos o los que dejan de verlos simplemente porque la madre lo impide sin que la justicia haga nada por solucionarlo. Ellos se ven abocados a la desesperación y los hijos las principales víctimas al quedar huérfanos provisionalmente de padre,
No se puede saber a ciencia cierta el número de denuncias falsas que se realizan. Sin embargo, en 2016 el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) presentó un informe que exponía 142.293 denuncias por violencia de género. De estas, más del 45% se cancelaron por falta de pruebas y el 12% terminaron en sentencia condenatoria y menos del 3% en condena absolutoria. El gran número de denuncias que no llegaron a recibir sentencia reflejan que las denuncias falsas son más frecuentes de lo que parece. “Si sigue muriendo el mismo número de mujeres y se incrementa el número de denuncias, por estadística, las denuncias falsas están tapando a las verdaderas”, manifiesta Fernando Chapado.
Estas acusaciones ficticias también son una forma de ejercer maltrato, ya que dejan una marca imborrable en los hombres que son inocentes. “En este proceso hay un sufrimiento espantoso, por parte del hombre, que va con un cartel de maltratador, ocasionando el desprecio de toda la sociedad”, asegura Sánchez.O
Enhorabuena por el artículo, no todo está perdido, gracias por dar visibilidad a algo que la mayoría vuelve la cara por el qué dirán
Gracias Eugenio por tu comentario. Yo cada vez que puedo le doy visibilidad a este problema tan grande y a esta gran injusticia. Un beso