Ciudad del Cabo, Sud África
En 1488, el navegante portugués Bartolomé Díaz descubrió el Cabo de Buena Esperanza, situado al extremo sur de África. Se buscaba proporcionar una ruta alternativa a las Indias. En resumen, se trataba de establecer una ruta marítima entre Europa y Asia que fuera más segura que cruzar el mar Mediterráneo y el Medio Oriente, cuyo paso fue impedido por los otomanos en la segunda mitad del siglo XV.
Unos años más tarde, Cristóbal Colón partió de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Descubrió Venezuela y, después de regresar a España, defendió la esfericidad de la Tierra, lo que comunicó a los Reyes Católicos.
Saliendo de la bonita Ciudad del Cabo por la ruta del mítico cabo de Buena Esperanza tendrás la posibilidad de descubrir un sentimiento, una forma de disfrutar esa hora y media en coche de alguna manera con un pensamiento hacia los antepasados, tiempo de los veleros y exploradores. La importancia histórica, logística actual del lugar a nivel mundial.
Antes de llegar al extremo del continente tendrás la oportunidad de hacer varias paradas si te apetece.
Para comenzar, se puede hacer una parada en el Kirstenboch National Botanical Garden. Tiene 36 hectáreas y es uno de los jardines botánicos más grandes y hermosos entre Ciudad del Cabo y el Cabo de Buena Esperanza.
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Los apasionados del vino tienen la obligación de visitar las bodegas de Groot Constantia. El Groot Constantia Homestead y el Wine Museum (Museo del Vino) también merecen una visita.
En Hout Bay podrás admirar un bello paisaje. La ciudad se encuentra en el interior de una bonita bahía rodeada de altas montañas. Algo extraordinario. Al llegar al puerto tendrás la ocasión de embarcarte en un barco para ir a saludar a la gran colonia de leones marinos que ha tomado posesión de la Isla Duiker.
Si continúas tu ruta hacia el sur, la cornisa que hay bajo Chapman’s Peak te ofrece espléndidos panoramas. Si el tiempo te lo permite y vienes provisto de tu tabla de surf, la playa de Muizenberg te encantará. Las cabinas coloreadas que se encuentran en la playa son la auténtica atracción del turismo en Sudáfrica.
Al final del paseo encontrarás una gran colonia de pingüinos africanos del cabo en Simon’s Town. El entorno es agradable, y el espectáculo que ofrecen estos pequeños animales que se pasean por la playa es siempre genial.
En el extremo de Sudáfrica, al sur del continente africano, se encuentra el cabo de Buena Esperanza, uno de los lugares más especiales del mundo por su impresionante atmósfera y la sensación de estar al final del mundo. Si los comparamos, el cabo de Buena Esperanza en África podría ser equivalente al cabo Hornos situado en Ushuaia, en el continente americano. No obstante, conviene saber que el cabo de Buena Esperanza es el más conocido y celebre, pero no es el que está más al sur. El más meridional es el Cabo de las Agujas, al pasar Hermanus.
Actualmente, la reserva del cabo de Buena Esperanza está inscrita en el Patrimonio Mundial de la UNESCO; en ella podrás hacer excelentes excursiones.
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El faro que se encuentra a 45 minutos andando aproximadamente es una etapa obligatoria. Desde lo alto verás tus esfuerzos recompensados por un increíble panorama de 360º y una vista inigualable de un punto a otro. Resulta imposible ir más lejos: estás en el extremo final de un continente. ¿Tienes esa sensación única de estar a un extremo del mundo? Se trata de algo mágico.
Hay lugares que tienen algo más, por muchas razones históricas, sentimentales, emocionales y personales. Sitios que disfrutás porqué fue una meta intencional. Supone unos esfuerzos, muchas veces una larga espera para poder realizar sus sueños.
Hoy el lugar vuelve a animarse con el tráfico marítimo mundial. Los problemas políticos con el Medio Oriente, la guerra con Israel y Palestina ponen el canal de Suez y el Mar Rojo en alerta.
Los ataques de los Huties en el Mar Rojo provocan el desvío de buques por el sur de África la antigua ruta de siempre.
Esta alternativa añade unos 9’000 kilómetros y entre seis y 14 días de viaje. Está provocando problemas logísticos y de precios. Queda claro que muchos lugares estratégicos descubiertos en tiempos memorables siguen de actualidad.
Viva la vida.
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