Jorge Alberto González Barillas, conocido cariñosamente como “Mágico” González, es una leyenda del fútbol salvadoreño y una figura icónica en la historia del Cádiz CF, un club de fútbol en el sur de España. Durante su tiempo en el equipo, Mágico solía lucir el dorsal número 11 en su espalda, pero su comportamiento irregular y sus ausencias en los entrenamientos llevaron a una situación única. En este artículo, exploraremos la fascinante historia de por qué Mágico González jugó con un dorsal diferente en Cádiz, un episodio que dejó una huella imborrable en la memoria de los aficionados al fútbol.
El Dorsal 11 de Mágico González
Para entender la importancia del dorsal 11 en la carrera de Mágico González, es esencial conocer su relación con el Cádiz CF. Mágico llegó al club en 1982 y rápidamente se convirtió en un ídolo para los aficionados. Su destreza en el campo, su habilidad para driblar a los oponentes y su capacidad para anotar goles le valieron un lugar especial en la historia del club. Durante la mayor parte de su tiempo en Cádiz, el dorsal 11 se convirtió en su sello distintivo.
Sin embargo, a pesar de su talento innegable, Mágico González tenía un problema recurrente que frustraba a su entrenador y a la directiva del club: sus constantes faltas a los entrenamientos.
Las Ausencias de Mágico en los Entrenamientos
Una y otra vez, Mágico González no se presentaba a los entrenamientos programados. Esta conducta comenzó a preocupar a su entrenador, David Vidal, quien se esforzaba por mantener la disciplina en el equipo. Vidal no podía permitir que un jugador, por talentoso que fuera, siguiera faltando a las sesiones de entrenamiento, lo que socavaba el trabajo en equipo y el rendimiento del equipo en general.
David Vidal recordó en varias ocasiones cómo solía ensayar el equipo para el próximo partido los jueves, pero Mágico rara vez aparecía hasta el día del partido. En una ocasión, Mágico González enfrentó a su entrenador por no incluirlo en la alineación titular a pesar de sus ausencias.
La conversación entre Vidal y Mágico en esa ocasión revela el choque de personalidades y la frustración que existía:
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Mágico: “David, ¿cómo que no voy yo concentrado?”
Vidal: “Pero Jorge, no has venido en toda la semana. No te puedo poner.”
Mágico: “Mira, te voy a decir una cosa, pero que no te moleste… No tienes ni puñetera idea de fútbol.”
Vidal: “Hombre, un respeto, que soy tu entrenador.”
La tensión entre el talentoso delantero y su entrenador estaba en su punto máximo, y lo que sucedió a continuación dejó a todos asombrados.
El Acto Asombroso de Mágico González
En un momento de extrema tensión, Mágico González sacó un paquete de cigarrillos Winston de su pantalón y realizó una hazaña sorprendente. Le dio siete toques al paquete rectangular delante de David Vidal. El entrenador no podía creer lo que estaba viendo.
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David Vidal describió este asombroso acto de destreza de la siguiente manera: “Mira, mira lo que hago. Y va, se echa una mano atrás y saca un paquete de Winston (cigarrillos) del pantalón. Le dio siete toques al paquete, rectangular, siete toques. Delante mío. Lo que hizo aquel hombre ese día no lo hace ni Messi ni Neymar ni Ronaldo ni nadie. Eso lo hace Mágico González. Hoy le daría siete toques al móvil, también rectangular.”
Este episodio, aunque sorprendente, no resolvió los problemas entre Mágico y su entrenador. Las ausencias continuaron, y Vidal finalmente tomó una decisión drástica al no incluir a Mágico González en la alineación titular durante dos meses consecutivos.
El Regreso de Mágico con un Dorsal Diferente
A pesar de su ausencia prolongada por decisión técnica, la presión de la afición y el deseo de ver a su ídolo en el campo finalmente llevaron a un giro inesperado en la historia. En 1989, Mágico González regresó al once titular del Cádiz, pero esta vez lució un dorsal diferente en su espalda: el número 9.
En el partido contra el Rayo Vallecano, Mágico González llevó el dorsal 9 y anotó el primer gol de un emocionante partido que terminó 3-1 a favor del Cádiz. Su actuación incluyó varias oportunidades de gol, incluido un disparo que golpeó el poste, y su influencia en el juego fue innegable. La afición estaba emocionada de verlo de nuevo en acción, incluso con un número de camiseta diferente.
