Educar es encontrar en cada educando una forma única de amarle, la forma más adecuada para cada uno. Si una maestra tiene 40 niños en un salón, practica el amor de 40 formas diferentes.
Este artículo está dedicado a una de esas docentes que son dignas de admiración, la profesora Erika Seyjas, venezolana-nicaragüense, brillante docente de canto que educa la voz de 40 niños en el coro infantil Alejandro Vega Matus del Teatro Nacional Rubén Darío de Nicaragua.
Todos los martes ella se reencuentra con ellos, y no es una manera básica de reencuentro, es un roce populoso, alegre, de vibras positivas, de afecto mutuo.
En su acción hace mucho más que mostrar el camino, porque educar, implica conocerlos, saber lo que les pasa y lo que les preocupa, conocer lo que les interesa, les alegra, y les ilusiona, educar es inclinar la concentración hacia algún problema de un estudiante a la hora de la planeación, o a la hora de la cena.
La carrera de docente es una profesión como todas, pero el maestro que se viste de docente con vocación conlleva la manifestación de afecto más desinteresada para que el niño se desarrolle no importa de dónde venga.
Sin importar el cansancio en la búsqueda de soluciones, estrategias y brindárselas al educando para que las desarrolle y aprenda a hacerlas suyas.
Educar con amor es trascender hacia la bondad porque existe el deseo de ver mejor al prójimo y más que eso, aportar al desarrollo del país.
Algo fundamental prevalece en la labor de la profesora Seyjas, dota de todos los afectos y formas existentes en el proceso educativo.
El afecto llena a las situaciones de confianza de un clima de seguridad y tranquilidad que permite a los niños y niñas ser ellos mismos sin miedos, que les permite las condiciones necesarias para que el proceso sea óptimo.
Muestra de ese trabajo excepcional fue notable hoy 29 de junio, donde nuestros pequeños coristas lograron hacer su debut con éxitoen la graduación de la primera generación de delegados del MINED en Gestión y Calidad Educativa, que se llevó a cabo en la sala Augusto C. Sandino del Palacio Nacional.
Los graduados (público) aplaudieron de pie, después de escuchar el ímpetu de las vocecitas infantiles cantando Los niños del mar, La luna Mezzanote, Don gato y otras canciones que formaron parte de su repertorio.
Expertos en el tema psicológica del aprendizaje, aseguran que educar con amor, es la clave para la educación emocional, que no puede, ni debe ir separada de ningún proceso educativo.
Yo tuve muchos maestros buenos que me enseñaron que uno nunca termina de explorar, por eso hay que ser niños siempre, pero quise escribir hoy para una de las maestras de mis hijos y de muchos hijos de las madres que rodeamos el ambiente educativo de canto en el lobby del teatro y a veces en la Sala Experimental.
En nombre mío y de todas ellas, porque no hay cosa más linda para una madre que alguien ame a tus hijos y te les enseñe un mejor camino con amor.
Ojalá todos los maestros y maestras alimenten la virtud de la vocación.
- Albert Hernández
- poeta y escritora nicaragüense.
