El viaje a la luna

El viaje a la luna

Madre tierra, qué bella.

Soñar es gratis. No tiene límites, puedes viajar donde te apetece. Un espacio sin fronteras, sin trabas, no necesita pasaporte, pasaje o un hotel. Es gratis. Es posible que no te acordarás donde fuiste esa noche de sueño profundo.

A veces con tu primer café de la mañana tu memoria se despertará con imágenes no muy nítidas de sueños como puede ser un viaje a la luna. Conquistaba su territorio, un lugar solitario sin vida. Me movía como lo hacen los saltamontes. Luego... veía la tierra, hermosa de color azul. Envuelta de una fina capa de oxígeno, parecía un hilo, tan frágil. Las lágrimas correrían sobre mi rostro estupefacto. La emoción ganaba terreno. Que vista más bonita. 8 mil millones de habitantes en este tan pequeño lugar. No veían ninguno desde la distancia. Que serán de sus vidas. Dicen que se mueren después de unos años de vida. Que importancia podía tener esto en el conjunto estelar...

Tu corazón está palpitando cuando te despertaste bruscamente. Enseguida volvisteis a dormir estando más tranquilo con la seguridad de los muros de tu hogar. Un piso en un inmueble de la inmensa ciudad.

La conexión ahora establecida con la realidad matutina no alteró mis costumbres, una rápida observación del tiempo fuera de mi casa. Un sol radiante, una primavera estupenda. Los pájaros están muy ocupados. El tráfico está en movimiento. Esa luz mediterránea llena tus energías positivas. Es hora de ir a trabajar. La despedida familiar, un beso de ternura y adelante, muy decidido. Es otro día de la vida. Las facturas que debes pagar, las obligaciones para mantenerte de pie. Ser un guía para tus hijos. La lucha por el tiempo que no tienes. Proteger tu salud. Una larga lista de actividades ocupando tu mente.

Enseguida toca la conexión laboral con tus tareas, un repaso de la situación. Las aspiraciones del día. El conjunto puede que revisara tus metas. Los atascos tienen estas cosas, todos los días una dosis de análisis, se transforman en tu psicólogo, puedes tomar decisiones sorprendentes. Esa impresión de no avanzar, estar parado, aburrido, repetir día a día la misma rutina, puede despertar la gana de otra cosa. La vida urbana apaga tus instintos. Se apodera de ti, desarma tus iniciativas. El 70% de la población vive en las ciudades. Si el sueño te permite viajar, podrás ver el planeta azul desde el espacio, debería ser posible hacer lo mismo en la realidad. Estando sobre ella debería ser simplemente extraordinario. Qué harías entonces pisando su suelo?. El atasco de repente se transformó en una barrera que había que derrumbar. Me dio miedo no poder escaparme atrapado en un laberinto sin salidas. Fue como un sentimiento, un electrochoque, una revelación. Estaba en el lugar equivocado.

Ese mismo día empecé a trabajar para nuestra felicidad.

Abrazar el planeta que nos acogió.

Descubrir sus maravillas, sus bondades, un sin fin de sorpresas. Aceptar su enfado de vez en cuando. Es que nos entrega todo lo que necesitamos. Lo dulce y lo amargo, los colores y los olores. La materia y el líquido. El frío y el calor. El día y la noche. La visión y la escucha. Comer y beber. El tacto y la sensibilidad.

Lo más asombroso son sus habitantes.

Los gordos, los flacos, los grandes y los pequeños, no hay ninguno igual. Convivimos con otras especies, muy diferentes, con plumas o pelos, vuelan o viven en el agua, otros pasean en las praderas. Todos tenemos un role, nos integramos según el clima, las estaciones del año. Somos diferentes según las regiones donde vivimos. Las razas y los rasgos cambiantes. Las lenguas variadas. Todos los humanos somos compatibles y similares. Tenemos sentimientos. La inteligencia nos procura algunas ventajas en ciertos casos, en otros nos convierten en seres muy vulnerables.

Viajar en sus territorios es pura aventura.

El planeta no tiene un terreno fácil para andar. Montañas, piedras, acantilados, nieve, frío, hielo, mucha agua, desiertos, calor y desesperación. Bosques impenetrables, naturaleza exuberante, tropical o estepas interminables. Tierras fértiles. Ríos tumultuosos, mares sin horizontes. Lagos de agua dulce. Años han pasado, hemos progresado hasta ahora con pavimento en las carreteras, barcos para navegar, fuego para calentarnos, coches para andar. Aviones para volar. Trenes y metros para ir al trabajo. Ya no tenemos que cazar para comer. Así seguimos andando, progresando. Ahora podemos comunicarnos sin cables, amándonos virtualmente. Los niños siguen jugando y cantando.

Parece imposible ver gente que no está feliz en un entorno tan maravilloso, un paraíso irrepetible.

¿Qué está pasando? ¿La gran renuncia, los suicidios, la soledad, el individualismo, el egoísmo, qué demonios está ocurriendo? ¿Cuál es el problema?

El atasco provocador, la libertad amputada, la rutina aburrida, la explotación humana, el abuso, la miseria, la empatía y la simpatía que se nos escapa, el engaño prolífico. No se puede confiar en nadie. Hay motivos...

Revisar sus prioridades podría ser una meta para cualquiera de nosotros.

Los ladrillos de una casa no llenan la libertad de desplazamiento, la aventura y el descubrimiento. Toda la comida disponible en tu nevera no llena el tanque de tu cohete para tu viaje. Todo el amor disponible no llena tu corazón en el centro de la urbe. Tus niños no llenan su imaginación con el mismo columpio en todos los sitios. Es la primavera, son momentos maravillosos, tiempo para tomar decisiones.

Viva la vida.


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Jean Pierre

A Jean Pierre Maire siempre le persiguió la curiosidad. El deseo de conocer el mundo desde la temprana edad. Le apasionaban los mapas, se forjó entonces un verdadero camino hacia la singularidad, la independencia y la libertad. Tratando de influenciar sus decisiones para satisfacer sus necesidades. Es de esos que creen que el destino se puede forjar. Seguir la mayoría nunca fue su objetivo.Tuvo que surfear sobre la ola, caerse en el agua de vez en cuando. Aceptar los modales de la sociedad done vivia cada vez más decadente moralmente y tambien corrompida. Meter sus manos profesionales en el sistema con una doble agenda. He sido un cobarde egoísta de no levantarme contra tantas injusticias. Astuto en aprovechar las oportunidades, creciendo en las heraquias, buscando el mejor rendimiento económico con mi trabajo. Pudimos en familia vivir experiencias extraordinarias con condiciones privilegiadas. Quedan ahora estas vibraciones, estas maravillosas sensaciones de que queda más por ver, entender, que nada está terminado. Ahora jubilado, primero no deja entrar a este viejo en su casa como justamente lo dice el actor Clint Eastwood. La experiencia es un grado. La andadura es un regalo. Tuvo suerte, trabajando en varios continentes con puestos de  gerencia general en el sector industrial. Multinacionales suizas, suecas, canadiense. Autónomo unos años en Madrid. Un amante de la vida, de la familia, los deportes, la naturaleza.Subiendo montes y altas montañas, andar en la bici de carretera, maratónes. Motociclista apasionado desde siempre. El "yo" egoísta es visible en el camino. No es una forma extravertida como aparentar con aires superiores. Son estas cosas que me llenan, me divierten, me emocionan. Cosas solitarias. Me gusta aprender siempre cosas nuevas.Jean Pierre Maire, nació en Suiza el 18/12/1954. Vivo en Torrente desde 2017.

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