Conducir sin accidentes

Mutación, cambio de ciclos, novedades.

Alquile una furgoneta para 7 plazas. Tenía familiares visitándonos. Muy bien, las condiciones, las facilidades para recoger y entregar el vehículo. Tenía el Multivan alemán unos 12000km del año, olía a nuevo todavía. Era de noche, solo ahora en el aparcamiento de las empresas de alquileres de la estación de Joaquín Sorolla de Valencia con el mando en la mano.

Como la mayoría de los españoles, mi coche es más antiguo, los de siempre. Me costó bastante, nada más encontrar como arrancarlo. Luego unas tocadas, para dominar lo esencial. Empezar con la marcha atrás. Este no tiene palanca central como en todos los automáticos, es una pequeña palanqueta perdida en el salpicadero. Muy digital todo, pantallas planas táctiles casi sin botones. La evolución es espectacular. Parece Navidad todo el año con todas estas luces. El segundo día encontré finalmente como cambiar los canales de la radio. Se necesita conocer bien donde se encuentran los mandos antes de conducir. Es más, un ordenador de a bordo con muchas funciones. Demasiadas posibilidades. Parece un supermercado en el mostrador de las papas fritas. Desvía la atención de la carretera. Te complican la vida para luego arreglarla con los ordenadores.

Los nuevos vehículos matriculados deben tener el sistema ADAS que es obligatorio en toda Europa. Es un paquete de asistencia automática para la seguridad. Un montón de electrónica muy sabía qué te dicen. No se ven ni los cables, pero cuestan dos riñones. Ahora lo que no se ve cuesta mucho más, el humo vale más que el acero hoy en día. La calibración de estos sistemas obliga la visita a talleres especializados o exclusivamente de la marca. Facturan lo que se les da la gana sin una competencia sana. La rabia se apoderó de mi en segundos. 39 veces el equivalente a la vuelta del mundo en mis espaldas, manejando coches y motos de todo tipo en todos los continentes. Supongo que tengo una experiencia mínima además sin partes...

Todo estaba bastante despejado, con un espacio exterior más que razonable, el vehículo se bloqueaba a cada intento de salir con la marcha de atrás. Un metro y basta, se bloqueaba el coche solo. Volver a empezar de nuevo sin entender nada. Adelante un poquito y otra vez marcha atrás. Varios intentos moviéndome por muy poquito. Me paré para reflexionar con el coche medio afuera del estacionamiento. No veía ninguna razón otra que una detección de obstáculos inexistentes o muy lejos del alcance. Me ponía casi nervioso. Me imaginaba en las calles de la ciudad estacionando. Un desastre en condiciones urbanas. Efectivamente, estacionar luego fue un verdadero calvario. Buscando lugares despejados, ya que por sí es un vehículo voluminoso. Este sistema es muy estresante. Mucha cámara y poco sentido común. Esto es exagerado, muy perturbador. Hecho para primerizos. Todos estamos alineados como soldaditos a la adolescencia miedosa con el carnet sin estrenar. Parece que debes tener todo el aparcamiento para ti solo. Imagino los otros dispositivos de una larga lista de precauciones también exageradas. Fue una buena experiencia por la novedad, mucho menos por sus ventajas.

Los asientos, la ergonomía, los materiales, nada nuevos realmente. Lo llamativo es el precio de compra exorbitante. Los coches son inflados como globos ahora, pero no ofrecen sensaciones de más espacios interiores, el plástico sigue el material más utilizado. Lo cierto es que cuando aparcamos nuestro coche tanto en casa como en un aparcamiento público es más difícil entrar y salir. En los últimos años los vehículos aumentaron de 10 centímetros. Es muy exagerado sin modificar normativas de construcción y estacionamiento público. Va en contra de toda lógica. El marketing de la mucha tecnología embarcada es céntrico para aumentar los precios. Por algo será que la electrificación de los coches no arranca bien. La gente se da cuenta finalmente. No vale lo que nos piden por ellos. No tiene sentido engañarnos previamente con todo este Miki Miki a dos lucas con luces a tu gusto para luego venderte el coche eléctrico además con un precio más alto todavía. Los chinos molestan porque venden al precio justo. No porque su gobierno favorezca su comercialización. Ayudaron la financiación, el desarrollo. El I+D igual que en Europa con nuestros impuestos, incluso los que no tienen coches también. Hay o hubo

ayudas estatales masivas a los compradores. Se ayudo también a los fabricantes a montar ensambladoras con miles de millones. Prometieron estaciones de recarga que faltan. La batalla de los aranceles es muy vieja, no me parece bonito repetir sistemas que no funcionaron.

Ahora nos viene encima la conducción automatizada. He soñado desde hace muchos años algo así. Leer un libro en la autopista mientras vas andando a 120km por hora. Todavía falta un pelín para ver la realidad. Luego desconectaré en las ciudades.

Lo que no entiendo es que la tecnología electrónica, virtual es ahora ya mismo suficientemente desarrollada para decidir por ti la velocidad segura en todas las condiciones.

Pero la DGT, los organismos estatales europeos deciden a qué velocidad debes ir en las carreteras. Una visión muy antigua de ver las cosas. Centenares de señales para leer, la mayoría para cazarte una multa. Hasta las velocidades de caracoles para recaudar aún más dinero con multas muchas veces incomprensibles. El resultado ahora es que encima de la exageración debes pagar de forma obligatoria fortunas para todos estos dispositivos embarcados en tu coche sin poder explotar todo su potencial real. Los precios de los vehículos aumentan, son demasiado caros, llegaron al límite superior de lo razonable, si se endurece la economía, la industria automotriz va a pagar muy caro por todos sus excesos. Deberían reformar todo. La DGT lo sabemos es también una fuente de ingresos vía la persecución. Más de 500 millones el año pasado. Con único argumento bajar la mortalidad. La cuerda sensible con imágenes de sangre y sillas de ruedas. Nadie quiere muertos en las carreteras. Es un empeño muy engañoso. Tampoco el mantenimiento de las carreteras sigue optimizado. El dinero manda aquí de nuevo. Una vez más. Se vuelve agobiante. El estado no quiere perder esta fuente de ingresos. Luego lo hará de otra forma. Aumento de las recargas por los eléctricos, peajes autopistas, etc.

Otras anomalías mucha más graves no tienen tanto interés como el suicidio que mata muchísimo más. Pero no hay recaudación. No hay empresas lucrándose.

Electrónica claro que sí, evidentemente. El progreso tecnológico es bienvenido.

Cuidado que no sea como el móvil que de repente se vuelve adictivo. Con consecuencias para el ser humano. Un teléfono móvil cuesta ya más de varios centenares de euros. No es diferente por los coches, se multiplican los costes. Nadie quiere esto. No existe ninguna transparencia sobre el coste real de la tecnología avanzada. Forzar la venta es muy sospechoso. El planeta tiene muchos atractivos en este asunto. Una palanca cómoda. Desplazarse ya es un parto con los atascos, pérdida de tiempo a nuestra cuenta. Nadie nos paga por eso. Muchas ADAS por pocos kilómetros diarios de recorrido a velocidades de bicicletas. Mucha tecnología, no debería superar las necesidades reales. Estos reguladores y "early adopters" forman una asociación parecida a una dictadura. Además, siguen queriendo procesarte por pasarte de un pelín cualquier señal de circulación muchas veces sin sentido. Está vez es una persecución informática parecida a los peores momentos de la revolución soviética. Todo ya sin poder articular ninguna palabra. La movilidad se transformó en un negocio jugoso que se parece mucho a las vacas lecheras. Muy lejos de sus principios mucho más nobles. Querida democracia, si se derrite es por estas cosas, veamos cada día un poco de nuestras libertades desaparecer con un tejido complejo de regulaciones que van mucho más allá que simplemente querer cuidarnos.

Cuidado enseguida no va a faltar aire para respirar.

Viva la vida

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