Israel: control de daños y pronósticos

Una inusitada orden sibilina de la NSA a los Editores de los principales Medios en este DC, esta mañana, fue impartida con el firme propósito que, no se tome conocimiento público sobre los verdaderos cuán reales estragos entre la población israelí que, esta guerra ya abierta hasta ahora infringió.

Conforme a nuestras fuentes y muy infortunadamente, ascienden a bastante más de quince mil hebreos...y contando, los asesinados en las primeras 48 horas del asedio, por parte de alrededor de dos millares de descerebrados fanáticos yihadistas.

Principalmente, producto de la salvaje y demoníaca irrupción a un centenar de kibutzes linderos a los alambrados que los separan de la Franja de Gaza.

Solo alguien que, es de la misma condición psíquica y demencial de los asaltantes, podría justificar o avalar, incluso con su silencio, esta auténtica y feroz carnicería.

Como descuento que será de idénticas proporciones, la inminente réplica que, se aguarda por parte del ejército regular hebreo, cuando cincuenta mil de sus efectivos invadan suelo árabe.

Y, secularmente a un bombardeo castigo que reducirá todos los campamentos a cenizas.

Con el agravante que, los refugiados palestinos y habitantes en el objetivo, no solo superan a dos millones de habitantes, sino que, además, serán victimados y por decenas de miles, en una suerte de operativo cerrojo.

Dado que, Egipto, no abrirá su frontera, ni la terrestre por el desierto de Sinaí y, mucho menos la marítima en el Golfo de Aqaba, para descomprimir a un universo humano que, no tiene donde escapar.

Y, aunque en El Cairo, predomina en las altas esferas, una acción receptiva, Teherán no lo permitirá, so riesgo de abandonar a los egipcios de cualquier forma de la nutrida asistencia económico-financiera, de la que, hasta hoy son beneficiarios.

Lo cual, conducirá al presente episodio bélico a una inusitada escalada que, forzará a un rumbo de colisión que, habrá de generarse, a partir que, una neo coalición islamita termine de conformarse en una o dos semanas.

Porque esta vez, a diferencia de todas las pretéritas, esta guerra, sin el apoyo logístico que, en las anteriores, les prestó la ex Unión Soviética, ahora no contará con esa reiteración.

Además, de otro ingrediente, dado por la inmensa pobreza extrema que, luce adosado a un Islam Famélico que, tiene atrapado al noventa por ciento de sus nativos, salvo los que habitan en los Emiratos, Saudi Arabia y una porción bastante reducida de clérigos iranies.

El resto, tienen un ritmo de vida cotidiana, bastante similar al diario vivir de quienes residen en esa indómita Palestina, lo que, resultará extremadamente peligroso, porque entre tantos árabes cuasi muertos de hambre, no les irrogará ningún esfuerzo, reclutar masivamente a millones de civiles que, devendrán en milicianos mal armados y sin entrenamiento.

Cuyas levas se harán en Libia, Marruecos, Etiopía, Eritrea, Omán, Iraq, Siria, Líbano, Jordania e incluido el propio Egipto.

Toda vez que, son países todos, más otros de todo el África Subsahariana, en los que la gente es prácticamente analfabeta y sin ningún horizonte.

Al punto que, aquellos en condiciones de pagarse un pasaje en las tristemente célebres pateras que, a diario cruzan el Magreb o alcanzan Lampedusa, son, -utilizando una retórica de triste ironía-, más afortunados que millones de ellos que ni siquiera pueden soñar en embarcarse en esos desvencijados botes.

En otras palabras, entre la cooptación e ideologización de cientos de millones de infradotados, entiendo que, si en Tel Aviv, no reflexionan sobre las consecuencias que les habrá de deparar, la implacable represión que, piensan ofrendarles a sus agresores, su suerte ya podemos darla por perdida.

Porque, fuese por la autoridad del número -como solía decir Stalin- o, por una reacción atómica que, Golda Meir, estuvo a instantes de accionar, cuando tomó conocimiento que la Fuerza Aérea, habia perdido a dos tercios de sus cazas cuando lo del Yom Kipur, esta vez, no se interrumpirá.

Será entonces, cuando el actual escenario ucranio, perderá todo protagonismo, porque el contemporáneo en el Levante, pasará de ser secundario a principalísimo.

Aunque de momento, solo podemos constreñirnos a esbozar.

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