Hoy jueves, las administraciones de la “memoria histórica” han empezado a derribar el emblemático kiosco El Tintero de Torrevieja.
Para ellos no es historia, pero para muchos de los torrevejenses, ese Kiosko ha formado parte de la historia de su vida.
En él se conocieron bailando mis padres, a él iba yo de pequeña con ellos a merendar alguna tarde de verano, y en el Tintero he bailado yo también con 16 años.
Nací con él y formaba parte de mi historia, de mi memoria histórica y de la de muchos torrevejenses y familias de la Vega Baja que han pasado los veranos en Torrevieja desde hace muchos años.
Recuerdo ser yo muy pequeña, y en una carreta ir de excursión a la Playa del Cura (cómo si estuviera lejísimos) con los padres de Tomás Ballester, Simón y Marita, y con todos sus hijos: Manuel Antonio, Tomás y Simón y mi madre con mi hermano Salvador y conmigo.
Pasábamos por “Los Tres Cerditos”, por el Tintero y por la casa del Obispo, que todavía sigue en pie, aunque no creo que la respeten mucho tiempo más. En el paseo estaban las mujeres cosiendo las redes que en la historia del Tintero, está su primitiva utilidad: tintar las redes.
Es costumbre en Torrevieja no respetar jamás lo antiguo, lo que representa nuestro pasado. Tiraron la plaza de las palomas o de la Cruz de los Caídos (ahora Miguel Hernández), el Cine de Invierno (y en su lugar construyeron el teatro mastodóntico y sin personalidad). Tiraron la ermita, pequeña y preciosa, para en su lugar hacer una especie de Catedral espantosa con mucho volumen por fuera y pequeña por dentro.
Dejaron tirar las casas de la primera línea de la Playa del Cura, los famosos palomares. Casas coloniales, de arquitectura cubana, sustituidas por edificios sin personalidad…y se permitió en cambio construir edificios altos en Cabo Cervera, quitando la preciosa vista al mar de la bajada hacia la playa de la Mata desde el Hotel Berlín (ahora Masa).
Dejaron construir en la playa de los Locos los monstruosos edificios que cortan el viento de levante y tapan el sol, que siguen ahí, a pesar de que esos si deberían ser derribados, ya que nos ponemos a derribar.
Al parecer el derribo del Tintero se lo tenemos que agradecer a Costas (no le han ofrecido suficiente soborno al funcionario de Costas de turno), al Ministerio de Transición Ecológica de España (que no se ni para qué sirve con ese nombre tan raro) y al Pentapartito de Torrevieja. Grandes todos ellos.
Al parecer, fue el famoso “pentapartito”, compuesto como sabemos de 5 partidos que llevaron a Torrevieja a la oscuridad completa, los que iniciaron las gestiones de derribo del Tintero.
“Y hoy jueves, con todo el dolor de su alma, los nietos del fundador de El Tintero, Antonio Chazarra, abandonan ese penacho de tierra ganado al mar, ese mirador sin parangón al Mediterráneo con la cabeza alta y sin montar escándalo. Entregando las llaves y cortando la luz y el agua sin rechistar, sumando ya 13 años de litigios, con el aplomo y la serena certeza de haber hecho grande la memoria del sueño de sus antepasados, del lugar en el que se criaron y rieron”, nos relata Jesús Nicolás en un bonito artículo para la VERDAD.
