Existe hoy una crisis cultural, ya que se ha reducido la cultura a mero entretenimiento,
el género novelesco es el que campea, es el fin del debate con sentido, la entrevista
de pensadores o personas con una visión amplia queda reducidísimo su espacio. La
cultura ya no existe como espacio de creación, crítica y educación.
Una crisis política en donde las megacorporaciones transnacionales incorporan
a una diversidad de estados nacionales a su antojo y dirección. Por supuesto
las instituciones en esta situación pierden toda credibilidad. A su vez los
estados nacionales han perdido capacidad de respuesta frente a una serie
de crisis que embate sus propios campos de acción que por cierto son
cada vez más reducidos debido a lo que hemos comentado anteriormente.
Hay también una crisis migratoria, al límite del control, las raíces hay
que buscarlas en el expolio que realizan los países con más recursos
con los de menos. Es histórico el volumen de remesas que envían estos
emigrantes a las familias de sus países de origen. Algo único en la historia.
La crisis en el caso Energética es producidad por el control de unos pocos
oligopolios sobre todo en los países sin muchos recursos o sin capacidad
para producir ellos mismos.
Hay una crisis ambiental, basada en la destrucción de la naturaleza
y sus recursos para satisfacer necesidades sobre todo de Europa y
Norteamérica. La situación de desertización del Amazonas es hoy una
realidad.
Por supuesta esta la crisis de subsistencia, hoy millones de personas sufren
horrores para no morirse de hambre.
Y finalmente una crisis laboral, el sistema ya no necesita a la gente para
producir, entramos de lleno en la robótica, en este campo la amistad y
el compañerismo desaparece y las relaciones laborales se basan
en la competitividad.
- Artículo actualidad Jesús Antonio Fernández Olmedo