
Vivir en la Opulencia

Lo único que puedes llevar hacia adelante es tu corazón y tu intención. El futuro está dentro de ti, y solo tú puedes moldearlo.
El mundo, en cambio, está lleno de obstáculos. Lo que se presenta ante ti es un escenario de ruinas, escombros y edificios derruidos. A tu alrededor, ves personas dormidas, moribundas, atrapadas en su propia inercia.
La sociedad está impregnada de amargura porque muchos eligen vivir así. Prefieren consumir sin freno, aferrarse a la opulencia y aplacar el vacío con lujos efímeros.
Pero aunque la mente sea un saco sin fondo, no se puede vivir eternamente con una copa de vino en la mano.
Curiosamente, aquellos que disfrutan de mayor paz en este planeta no son precisamente los más ricos, sino quienes han aprendido a encontrar la plenitud en la sencillez, en la supuesta carencia.
Algún día tendrás que reconocer que la verdadera felicidad está en ponerse en los zapatos del otro. Lo demás es puro cuento.
Vivir de celebración en celebración, refugiándose en distracciones que solo adormecen, es perderse en un mundo sin rumbo, sin futuro, sin esencia.
Si la ambición desmedida se convierte en el único propósito, las consecuencias son inevitables: más perdición, más violencia, más locura, más incoherencia.
La enfermedad del ser humano se agrava día a día, pero ojo: no solo los políticos o gobernantes tienen la culpa. Esto es responsabilidad de todos.
Así que, amigo, si buscas un futuro, fortalece tus manos. Recuerda que el mañana que sueñas construir depende única y exclusivamente de ti.
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