
Muchos extremos en una sola mañana

La Albufera. Un lugar especial para reflexionar.
Todo empieza con una fría mañana de febrero de 2025. Si buscas un momento para desconectar, un momento de calma antes de tomar decisiones, si estás buscando un testimonio del buen orden de las cosas, la Albufera es un lugar de privilegios. Por algo está protegido como reserva natural. Las estaciones desfilan con una lógica implacable, las aves migratorias no se equivocan en pararse para recoger fuerzas para seguir sus viajes. Los cultivadores de arroz son pacientes, dejan el tiempo para que la naturaleza haga su trabajo.
No importa el momento del año, la Albufera será siempre diferente.
La luz del día, el color del agua, el verde de los campos de arroz o la tierra descansando unos meses después de la cosecha. La paz es lo que más impresiona. Atravesar en bici estos bellos paisajes no dura mucho, sin embargo deja huellas con una buena dosis de romanticismo y un entusiasmo renovado.
Automóvil con problemas.
Antes de llegar al pequeño paraíso siguió el canal Júcar - Turia unos kilómetros desde Torrente donde vivo hasta llegar a Almussafes ahora la capital de los ERTE con las fábricas y proveedores de FORD paradas. Es como si todo un pueblo debe ingresar al UCI. Una ayuda estatal a la megaempresa extranjera con tus impuestos. A ver si le pasamos las facturas al presidente Trump...Cruzar el pueblo ahora parece un bosque quemado por un incendio. Años para su recuperación.
La cárcel de Picassent.
Llama mucho mi atención cada vez que paso por allí. El centro penitenciario, la famosa cárcel de Picassent con sus más de dos mil presos. Es como un pueblo medieval encerrado con altos muros y alambre de pua con sus torres de vigilancia. Un lugar triste donde el uniforme color gris del viejo hormigón marca las pocas ganas de pasar un rato allí dentro. El viejo conjunto penitenciario muestra desde afuera un mantenimiento desastroso. La autopista A7 a su lado con un ruido incesante debe superar los 80-90 dB día y noche provocando seguramente algunos problemas de salud. Es un lugar perfecto para una película de terror. Es un potente medio de disuasión nada más ver desde afuera este monumento de la justicia con olores a cloacas.
El campo de golf.
Justo al frente de la entrada principal de la cárcel hay otra entrada mucho más cuidada. Un campo de golf. Su estacionamiento casi lleno un miercoles de semana te indica el nivel económico de sus clientes. Un 18 hoyos defendido por 14 lagos y rodeado de vegetación mediterránea, 1.500 palmeras, 100 olivos, 100 pinos y multitud de especies vegetales acompañan al jugador durante todo el recorrido.
Parece a dos imanes que se repelen.
Toda una provocación vista desde las ventanas de los presos, dos mundos muy diferentes solo separados por una pequeña carretera. Me pregunto si el domingo se juntan en la misma iglesia para reflexionar sobre sus pecados...
El menú de los Reyes en la carta.
Después de un sólido "esmorzaret” desayuno valenciano en el restaurante Albufera donde recientemente los Reyes comieron, siguió mi vuelta. Ellos dejaron una carta de visita envidiable que de golpe incrementa mucho su actividad. La suerte puede tocar de vez en cuando.
La zona cero de la DANA.
Luego quería volver a la zona cero de la DANA pasando por el Saler, Pinedo, Sedaví, Paiporta, Picaña situados sobre mi ruta de regreso. Hace casi dos meses que dejé de ir como voluntario de las primeras horas.
La situación actual ha mejorado mucho.
Pero es imposible no arruinar tu día atravesando estos pueblos. Lo sabía y la emoción te persigue, las lágrimas te nublan la vista. Te atrapa, aunque esté resistiendo. Hay un silencio que da miedo con la falta de vida en las calles. Solo se ven trabajos de consolidación, puertas, ventanas, pintura, muchas limpiezas todavía. Cableados e infraestructuras. La vida muy lentamente vuelve, ver a la gente sin una sonrisa, tampoco con gestos de alivio, te conmueve. Esto es muy grande, supera la imaginación. Siguiendo el cauce del arroyo del Poyo, la devastación es enorme. Son momentos de rabia y compasión a la vez.
Se nota que las ayudas a la gente no llegan.
Muchas cosas personales paralizadas, se adivina la espera de algo más para poder seguir adelante. Los polígonos industriales son otras historias con algunas naves con sus puertas abiertas y muchas otras todavía cerradas. Todo a medio gas. Las calles no pintan sus mejores días. Se escucha el ruido de las maquinarias, ni rastro de buen humor. El frío te recuerda que estamos a casi tres meses de la riada. Tantas cosas que hacer todavía.
Vivimos en un mundo global donde la cercanía te enseña que todo puede pasar en cualquier momento.
El acomodado jugando al Golf, el convicto en prisión, el desempleo masivo, el ciclista soñando en los parajes naturales, un restaurante lleno, familias empezando todo de nuevo con la indiferencia de todos los demás. Un Congreso de estúpidos tumbando decretos muy sensibles para la población. Cada uno con sus momentos felices y otros llenos de desgracias. La vida es así, es como un camino donde pinchar una rueda es siempre posible. Pasa de vez en cuando de forma aleatoria. Puede repetirse como una mala racha. Otros que ni se enteran porque no les han tocado y son incapaces de solucionar un tema tan incómodo.
Hoy tocó ver varios extremos de muy cerca.
Si puedo elegir, me quedo sin hesitación en la zona más segura. La del medio. Esa que genera el sustento, libres movimientos, iniciativas, la posibilidad de hacer planes a corto y largo plazo. Respirar hondo con ganas. Puedes sonreír, opinar sin censura, formar una familia, poder pagar tus facturas, andar sin una pistola en la cintura o un estado regulando tus aspiraciones. Estás feliz sin remordimientos, andando con una mochila de pocos pecados que necesitan un perdón sincero.
Es parecido como jugar en el centro de una cancha de futbol o de un proyecto político al servicio de todos, facilitar las transiciones con un apoyo a la defensa y el ataque. Tener una buena visión del juego. Ser eficaz y contundente. Las medallas del buen hacer no son individuales, son colectivas. El centro tiene mucho valor porque concentra todo el talento necesario para ganar un partido. Sin un centro coordinado solo se puede esperar turbulencias y desgastes, pérdida de confianza y finalmente son 90 minutos de más antes de la derrota.
Hay un serio problema que resolver.
Es inquietante ver que los que componen el arco político ni siquiera pueden ponerse de acuerdo con el aumento de la pensiones en el Congreso tumbando decretos importantes para el ciudadano. Un tema que interesa a todos, los de ahora y los futuros pensionistas. Sin avisos previos de no prolongar ayudas de las tarifas del transporte aumentando de forma muy significativa. Batallan por un sueldo mínimo que sigue siendo una ruina anticipada. Están todos ahogados por sus propios desechos, usan tácticas para hacer más líos que avanzar con lo justo. Querían meter a todos los congresistas en un "ómnibus" cuando están mal acostumbrados a los coches negros con choferes. La inmovilidad, el aburrimiento, la falta de respeto y las malas decisiones a cambio de poder mantener sus ventajas parecen suficientes para ellos.
Un espejo de que la política no está más al servicio de su pueblo desde hace demasiado tiempo.
No estimulan la riqueza los políticos de ahora, solamente aumentan las desgracias de la gente. Creo que no hay que asustarse con las perspectivas de una recuperación del sentido común. El método puede variar, puede ser desagradable, pero convence a muchos porque el pueblo está harto de tantas trampas y mentiras, mordazas administrativas y abuso de regulaciones.
Sin un medio campo que nos hace recordar la sensatez, la organización, la simplicidad y el sentido común, estas cosas que nos agrandan es muy difícil confiar en ellos.
Un centro político plural de mayorías se necesita para acolchonar los extremos porque cuando se tocan se destruyen o como dos imanes se repelen mutuamente. Es un peligro latente sin soluciones constructivas para la mayoría moderadas.
Ya tenemos la dirección en marcha con más líos. De repente hay que invertir más en las armas porque lo dice Trump. Es urgente para protegernos y nos dicen como si estos políticos fueran incapaces de mantener la paz. Para que necesitemos políticos si son tan débiles, sin réplicas, ni en el banquillo los queremos.
Más armas significan menos cosas útiles para la sociedad. Más metal y sangre que palabras. quizás es un anticipo para la crisis de la deuda que viene. El pueblo no busca enviar a sus hijos a la guerra. Ucrania y Gaza no tienen que tener réplicas. Ya sabemos lo ridículo y dramático que es.
Se necesita poner manos a cosas más estratégicas como adelgazar el estado, más liviano, ágil y dinámico. Sobre todo, buscamos impulsores de aire fresco. Devolver la libertad a la iniciativa privada, el emprendimiento. Dibujar el futuro sin demasiadas ataduras. Despertar sueños y proyectos. Construir vidas de entusiastas.
Por el momento aquí las ambiciones tocan fondos.
Se quiere castigar todavía más los del sueldo mínimo, ese sueldo que no quieren aumentar para seguir alimentando la dependencia del estado gigantesco. Cuanto más pobres, más estados, más impuestos. Un plan magnífico para todos los políticos independientemente de sus colores. El problema es que son como una horda de perros hambrientos para una olla pequeña. Se pelean entre ellos olvidando sus electores y ciudadanos.
Ahora llegan estos nuevos ULTRA RICOS, una elite tecnológica oligopolitica que quieren mandar el mundo.
La naturaleza no puede más, pero ellos quieren siempre más sin límites, hay discrepancias notables. Hacer demasiados casos a estos megalómanos provocara además una distribución de la riqueza que dejara de lado toda una parte de los ciudadanos en el muelle sin poder subirse en el nuevo viaje. "Business is business". No veo una mejora cualitativa en esta movida por el momento. Más de lo mismo con un frío más polar para las víctimas. Eso sí, pueden transformarse estos arrogantes magnates en unas fuerzas de élites que pueden rescatar la política útil. Provocando un terremoto institucional de calado para reformar los estados en una cosa más sostenible algo como ellos mismos promocionan para el cambio climático. Drásticos cambios estructurales, quita toda esa grasa que pone en peligro la vida misma.
Tampoco matar a los caseros, los ricos, acelerar las envidias. Ellos lo que quieren es poder trabajar con un sueldo que debe alcanzar los gastos corrientes impuestos por el sistema mismo. Rechazan la producción de la miseria para mantener a los políticos dominando el colosal río financiero en sus manos, es increíblemente tóxico, peligroso.
Que haya muchas cosas feas no quiere decir que lo bello no perdure. Saben que la libertad económica sin cinta adhesiva del gobierno funciona mucho mejor.
El derecho de crecer con tus esfuerzos sin que el estado te confisquen todos tus beneficios para tu propia subsistencia.
Es muy poco pedir de recapacitar para ordenar la casa como lo hace la naturaleza de vez en cuando con contundencia. Es un ejemplo que seguir. Cuando se enoja te indica de sobre manera que estás equivocado.
Viva la vida.
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