Cuando vives rodeado de artistas, ya nada te sorprende. He visto muchos ídolos caer y, algunos a los que idolatraba se cayeron del pedestal con estrépito. Lo peor es cuando llevas tantos años en este mundillo que los has visto ir cayendo por una ladera por la que es muy difícil volver a escalar. Nunca fui un espectador de “Friends” salvo de algunos capítulos sueltos que he de decir que estaban impecablemente guionizados. Me imagino que me coincidieron en una etapa de mi vida en la que tenía otras prioridades. Aun así, siempre me encantó el personaje de Chandler en la sitcom (telecomedia, que diríamos aquí). Un personaje creíble y perfectamente interpretado por Matthew Perry. Bueno, cuando ya llevas muchos capítulos es como si el personaje ya fuera uno mismo. De hecho, hay muchos ejemplos de personajes que acaban comiéndose a la persona. Recuerden a Johnny Weissmüller que se creyó que era Tarzán en la vida real, por poner un ejemplo manido, pero efectivo.
La noticia saltó inesperada. Encontraron muerto a Matthew en el jacuzzi de su casa de Los Ángeles. De verdad les digo que, si hubiera tenido que ir a un centro de cirugía para que me pusieran una cara nueva, habría elegido la de él. No lo digo de ahora, siempre lo he tenido en la cabeza. Quizás por ello me impresione tanto su muerte. Tanto talento que dar todavía yla botella acabó con su poder, como a la “Eloise” de Tino Casal (bueno, la canción es original de los gemelos Barry y Paul Ryan). Y lo que me apetece contarles es el que esa desazón interior de cuando te encuentras vació como botella a la que se le perdió el mensaje es un camino que no se puede recorrer solo, porque te lleva por pasajes tortuosos para evadir la realidad. Y lo fácil, los opiáceos, el alcohol, el sexo y algunas adicciones más que, cuando se hacen por compulsión, ya no se disfrutan.
Matthew no pudo aplacar sus demonios interiores, y los ahogaba en alcohol mientras les pedía que salieran de su vida. Más de 10 ingresos en centros de rehabilitación. Incluso creó la Perry House para tratar a individuos con adicciones. Con 54 años dejó una vida que le dio todo y se lo quitó con el mismo ímpetu. Que su ejemplo sirva para los que todavía están a tiempo. Siempre he dicho que yo no he probado las drogas, porque seguramente me hubieran gustado. Chico listo. A mi edad puedo presumir de haber sido feliz. Y eso, a estas alturas, es mucho.
Descubre más desde
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Descubre otras Noticias relacionadas a Matthew Perry o cómo sentirse comouna botella vacía puedes visitar la categoría Opinión.
Deja una respuesta
Más Sobre la Actualidad en Alicante