Hacen lo que sea para enriquecerse de forma poco ética, intencional y acelerada.
Hace ya cinco años, la pandemia fue un cultivo para cruzar regularmente las fronteras dejando atrás la honestidad y la decencia. Un antes y un después. Hubo de todo naturalmente y algunos se lucraron con las desgracias y la muerte. Todavía hoy dando vueltas y vueltas a las teclas judiciales para sentenciar a estos desgraciados o sin entender porqué lo declaran no culpable… Si un ciudadano normalito roba una manzana no espera años para una sentencia. La pandemia fue una cómoda aliada de los corruptos y todo tipo de aprovechadores. Otros estaban desarrollando nuevas capacidades malvadas para diseñar nuevas estrategias comerciales a muy corto plazo aprovechando los eventos de las actualidades geopolíticas. Parece que aplican las reglas del «fast fashion» para las cosas vitales de la vida, energías, alimentación, salud. Atacando sin piedad los extractos más desfavorecidos de la población. Con este sueldo que no alcanza para nada, es fácil de imaginar el daño que provocaron. Parece que hoy perdure esa nueva forma de hacer negocios con los bienes de primera necesidad.
Claramente con la intención de despojar el dinero de los ciudadanos.
Un dinero importante que no gastaron la gente durante el confinamiento. Ahora es una manera programada para generar beneficios extra en cada operación muy bien planificada. La exageración como eje conductor. La complicidad de los estados es evidente, participan en la faena para llenar sus cajas vacías desde hace mucho tiempo, una gestión pésima. Todo empeoró con la pandemia con sumas gigantescas para soportar las empresas y desempleados potenciales protegidos con los ERTE o los ICO’s que son créditos, otras nuevas deudas a pagar por los empresarios en diferido. No fue una cosa mala, fue lo correcto sin entrar en los detalles de la distribución que podría enfadar a algunos. Un dinero comunitario de la EU. Otra vez ha venido para salvar las cajas vacías del estado. Todo está funcionando en modo humo, sin consistencia. Parece a un suicidio colectivo en una fecha todavía a determinar.
El colchón de prevención para eventos extraordinarios no hace parte del repertorio de nuestros políticos.
La pandemia, el volcán, la DANA siempre con las cajas vacías. Buscan dinero debajo de las piedras, lo inventan o lo piden prestado. Responsabilidades limitadas te dicen cuando las cosas van mal. La inflación es un buen instrumento para aumentar la recaudación con los impuestos a través del IVA. La inflación es un producto diseñado y provocado. Luego se le van de las manos por falta de experiencia. Sus curvas tienen un dueño, el Banco Central. La independencia se comparte entre pocos. Es agua de mayo, pan todo el año para el estado. Un encanto muy bien disimulado.
Mientras todos estábamos llorando por los aumentos brutales de los precios, particularmente de las cosas básicas, nos ayudaban la prensa y los medios de comunicación a desahogarnos con asambleas y tertulias de llorones. El gobierno con las sonrisas de la buena jugada que estaban disfrutando. Ya no estaban con las penas de las familias que habían perdido un ser querido.
La cadena de suministro global está naturalmente alterada con la pandemia.
Los constructores de burbujas en acción. Tenían una buena historia para contarnos y asustarnos con la ruptura de nuestro confort, entretener la angustia de faltar unas cosas por unos instantes, no poder comprar tu SUV de última hornada por falta de chips. Las dos o tres multinacionales globales dominantes del transporte de contenedores, lo hicieron sin vergüenza con unos precios exorbitantes sin ninguna otra razón que llenarse los bolsillos. No tenían ninguna competencia. La oferta y la demanda nos decían. La frase mágica que acalla a todos. Un contenedor paso de 2500 euros a 16000 euros por un viaje desde China/Europa.
Prendieron la mecha de la bomba.
No hubo ninguna intervención de los estados para parar en seco semejante disparate. Provocó algo parecido a Trump con su desestabilización mundial con los aranceles. Salvo que nadie dijo nada porque se iniciaba el bonito baile de la inflación tan esperada. La pandemia era la responsable, tenían un culpable y lo aprovecharon en grande.
Esa inflación tan necesitada para llenar de nuevo las cajas vacías de los estados.
La agonía de las deudas que persiguen a todos los países, nadie sabe cómo deshacerse de ellas. Fue muy bien recibida la inflación, restaurando algunos balances financieros en peligro mortal. Ahora hay un camino aún más corto, ya no hay más vergüenza. Las Comunidades parecen las elegidas donde se promociona la condenación de deudas. Borrón y cuenta nueva. Que bonito…cuando España no puede más, ellos van a llorar a Bruselas por más dinero. Lo peor es que se les da como si fuera una fuente de agua manantial inagotable. Mañana también van a pedir condenación de deudas para ellos mismos. Se eliminará la crisis de las deudas.
Los ciudadanos…los últimos de la cola, pues ellos solo reciben puños en la cara. No hay psicólogos para atenderlos, tampoco un techo donde alquilar o comprar para dormir tranquilo. El estado del bienestar nos dice a cada telediario…
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Después de los picos inflacionarios vinieron Rusia y Ucrania al frente de las noticias. Un evento perfecto, parecía sincronizado, deseado o arreglado en los despachos oscuros de la política exterior. Nadie tenía interés en frenar o parar esta diversión. Es una fuente segura de nuevos ingresos para toda la EU. Ahora con la actualidad en movimiento es un nuevo motivo para rearmarse, una capa más del mismo tema. Hacer funcionar industrias que necesitan actividades, tapar un poco más la crisis que nos viene encima. Entretener la inflación a toda costa. Seguir vacilando las cuentas de los ciudadanos. Nuevas enormes deudas impagables. Una cultura oficial opuesta a las reglas impuestas a la ciudadanía. Te embargan, te destruyen, te condenan.
Con el conflicto Rusia / Ucrania fue la explosión del precio de las energías.
Era otra capa adicional para rematar la faena. Una muy dulce recompensa para el estado y un desastre aún mayor para las cuentas domésticas. Si los servicios energéticos esenciales pueden jugar con nosotros con precios abusivos sin mayores resistencias, porque entonces no lo pueden hacer las empresas de servicio, el agro business, o cualquiera que se atreve a cruzar la frontera de la decencia. El camino estaba abierto. Todos jugaron con el fuego. No se puede confiar en nadie. Solo el dinero fácil manda. Hay que ver el sector automotriz, ponían precios exorbitantes para sus coches o motos. El gobierno, un socio dudoso está ayudando al robo con subvenciones que es nuestro dinero con los impuestos. Ahora ellos no pueden engañarnos más porque los clientes no tienen un duro en sus bolsillos, las tasas de intereses también subieron frenando el crédito en seco. Todos nos damos cuenta de un engaño prolongado. No queremos ni comprar nada ahora. Ahora viene la revancha. Pregunta a Elon Musk con sus Teslas, los canadienses compran canadiense, etc., los europeos van a hacer lo mismo, el boicot es la nueva arma del pueblo. Los fabricantes lloran de pena, se arrodillan para evitar pagar multas de no conformidad con las reglas del juego de la descarbonización. La EU ahora hace marcha atrás porque le sale el tiro por la culata. El pacto verde pronto cambiará de colores. Se acomodan siempre con los más grandes cuando conviene. El medio ambiente puede esperar…Salva quien puede…Es bastante interesante ver como el silencio se apoderó de los medios con este tema de relajar las medidas ambientales…un discurso insistente los últimos años. Otro engaño a la vista de pájaros. A los pequeños siempre les toca sudar la camiseta. No se ve relajada las condiciones para las nuevas leyes de preservación energética en los inmuebles. Inversiones obligatorias para los pequeños propietarios que quieren vender o comprar. Otro palo sin sentido con las situaciones actuales con la vivienda que es una pesadilla en marcha.
Siempre las ventajas son para las grandes fortunas y corporaciones. Sus cargas fiscales son de peso pluma. Muchas veces nos hablan de la justicia, justicia social y más cositas así. Lo buenos que son…
Todos los supermercados empezaron a inventarse penurias aumentando sus beneficios.
Los macros business de la agricultura, la industria, la salud, todos empezaron a promocionar una escasez de algo, puntual, identificado, explicado, comentado. Un despliegue televisivo de apoyos. No se puede hacer nada, es así como nos dicen. Callate y compra al precio que sea. El síndrome de la mascarilla o del papel higiénico. Amenazan con una logística restringida a voluntad para convencerte.
De una semana a otra no hay huevos, los precios explotan. Habrá que cambiar de hábitos con la tortilla de siempre…quizás te proponen una ultra procesada que quieren imponerte. El aceite de oliva, el pan, el café y el chocolate, el neumático, la pieza de recambio, la reduflación, etc. etc.
Son subidas exageradas, picos increíbles de una cosa o otra, engaños, siempre productos de primera necesidad. Grandes volúmenes manejados por grandes empresas. Es parecido a los bancos o instituciones financieras con los servicios y intereses de usureros. Las líneas aéreas con las maletas. Se ponen todos de acuerdo, pero te dicen que no hay cártel hasta que las leyes no se conozcan de repente. Siempre la misma impunidad. No hay castigo entre amigos. No hay alternativas de compras. Lo peor es que son sin vergüenza, publicitan sus beneficios extraordinarios como si fueran ganadores de un Gran Premio. Es increíble.
La buena conducta empresarial, los valores y el respeto de los clientes ya es cosa del pasado. Las empresas ahora son tan grandes, muchas veces monopolísticas en su territorio de acción haciendo lo que quieren. El cliente es un número, un tique de compra, un imbécil o como una vaca, hay que ordeñar cada día.
Soy un nostálgico del comercio justo, un dinosaurio extinguido.
Me cuesta admitir que las buenas maneras comerciales, la medida equilibrada, el respeto, la negociación dura pero amistosa se aleja a cambio de la implacable idea de que el dinero lo es todo, de inmediato. En su nombre todo está permitido incluso pisar los pies sin contemplaciones. Una indiferencia preocupante. La digitalización aleja el contacto entre profesionales ahora escondidos detrás de sus pantallas. Los negocios sin rostros. Una desconexión humana que induce a más resultados de corto plazo olvidando toda ética. Las perspectivas de un futuro completamente insolvente para los actores del día a día. Si pueden robarte lo harán.
Lo peor es tener al gobierno como socio fiel a todas estas faenas sin ningún aprecio por sus votantes.
Desde hace tiempo no solucionan los problemas, lo empeoran y pierden credibilidad. La confianza está rota. Coser este desastre no es fácil ahora. Tan difícil que prefieren seguir en las locuras demostrando un interés creciente para aumentar las tensiones, los conflictos, el odio, el rechazo. Piensan fabricar armas ahora y otras ideas que se alejan a la negociación, el perdón y el sincero arrepentimiento de haberse equivocado.
El gran hermano, hay que abrazarlo u odiarlo
Entre las tasas de la basura, la persecución tributaria, el acoso vial y ciudadano con multas ahora también por drones y cámaras térmicas, detección facial como que ahora somos todos criminales potenciales o fugitivos de un sistema que no gusta más.
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El euro digital como estocada final nos espera al final del otoño. La seguridad del estado será garantizada con tu fichaje individual definitivo. Tu nombre es ahora un número con un seguimiento milimétrico. Los bancos van a seguir en el enlace como intermediarios. Seguiremos dependiendo de ellos. Espero que nos dejen todavía abrir las ventanas para respirar el aire fresco que tanto necesitamos.
Menos mal que hay amenazas de corte de energías, las guerras que quieren vendernos deben incluir ciertas inquietudes con el suministro eléctrico. Los hackers no están de huelga todavía, el efectivo quizás tiene prolongada. Los bancos pueden esperar rescates de estado, no es seguro que quieran abrir sus pantallas para darte tu dinero. Va a ser muy difícil hablar con alguien, el robot de la recepción te dirá que la tienda está cerrada. Llamame por favor más tarde.
La transformación digital, es la hostia. Trabaja menos y gana lo mismo, esa parte parece buena. La segunda parte es menos atractiva, vendrá el momento que, si levantas la voz, la brigada de la paz pública detectará tu ubicación en tiempo real, apagarán tu luz on line, te llevarán a Honduras por el primer vuelo. Por supuesto tu dinero y bienes confiscados. Bienvenido al totalitarismo. Adiós a las democracias, la opinión como un vestigio del pasado.
Viva la vida.
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