Amigos míos, un mundo mejor es una meta para cualquier soñador. La equidad escalada con el esfuerzo y la tenacidad con sus premios son una lógica enseñada en nuestras tierras democráticas. Hemos competido en este entorno. Hasta que…como la cuerda del alpinista que se rompe en plena ascensión, todo se vino por abajo. Parece al puente de Baltimore, de repente desaparece toda una historia del mapa en unos instantes por un accidente.

Campañas Electorales, Restricciones y Despilfarros

Aparecen millonarios a granel, una explosión de nuevos ricos sorteados por las redes sociales, otros estafadores, ser rico sin hacer nada, pero teclado con arte las letras de un móvil. La palabra aprovechar o engañar predomina. Hacer dinero sobre las espaldas de la mayoría sin escrúpulos. El respeto, la ética, la tradición, la conservación de nuestro entorno, el esfuerzo se convierte en desprecio como si naciera una nueva línea de adoración. Imitar a los nuevos ricos con sus métodos y patrones para alcanzar la fama. Un cambio drástico sobre las cosas más decentes.

La carpeta de los gastos de estados tiene sus escondites. Los presupuestos anuales con sus líneas generales, unos títulos para los ciudadanos para calmar su ansiedad son bienvenido siempre con unos debates de televisión y radio para sellar la concordancia. Los detalles se plasman con letras pequeñas. Al final del libro cuando estas cansado y ya no interesa leer más. Costumbres muy venenosas. Partidistas, zonas grises con olor a dinamita. Cuando levanta la alfombra hay mucha mierda escondida. Es tan serio el tema que muchos prefieren cambiar de departamento.

Las subvenciones. Ayudar o comprar votos.  Quizás un método oscuro para sembrar dudas sobre la honestidad de los firmantes.

El país está ahogado con un mar de subvenciones. Las administraciones reparten 100.000 millones de euros, una cifra descomunal. 1 millón de euro pesa 2,2 kg con billetes de 500 euros. Casi seis camiones de 40 toneladas. Seria 220000kg en billetes de 500. El estado, las comunidades autónomas y ayuntamientos otorgan cada año una enorme cantidad de dinero público a un sinfín de organizaciones. Así, en el listado de los grandes beneficiarios que ha confeccionado el Ministerio de Hacienda sale que hay casi 27.000 (26.881 exactamente) empresas, asociaciones (por ejemplo, sindicatos, organizaciones empresariales y partidos políticos), entes públicos, comunidades de propietarios y sociedades civiles, así como un importante colectivo de extranjeros y un cajón de sastre bajo el enunciado de ‘Otros’, que reciben subvenciones de alguna o algunas de las Administraciones (estatal, autonómica o local).El gobierno gasta 46 millones en asesores privados para transmitir los fondos europeos de la pandemia. Una barbaridad sin dudas. Sumando el exceso de empleados público.

Las movidas de los últimos tiempos con la inflación desmesurada, la tasa de los intereses, una desestabilización sospechosa, beneficios extraordinarios de todas las empresas estratégicas, ataque frontal al poder adquisitivo de la población parece ser suficiente para empezar hacer preguntas que pueden molestar. La rabia puede aparecer sin contemplaciones. Los abusos institucionales ya son exagerados. A ver los nuevos índices de pobreza, sectores de necesidades sin apoyos suficientes, una sanidad que anda con fallos, no es de recibo regar gratis todo el territorio incluyendo el que tiene una piscina.

En Argentina, el nuevo presidente Milei lo tiene claro con resultados espectaculares. En tres meses con su motosierra logro resultados con recortes de este tipo. Un estado fallido con problemas más agudos que en España. Sin embargo, tenemos los mismos síntomas de despilfarro del dinero estatal, nuestros impuestos al fin de todo. Antes de la terapia intensiva bien deberíamos poner orden en este tema de las subvenciones.

No es de recibo semejante cantidad de dinero peor aun viendo el listado de los beneficiarios.

Un atropello manifestó al buen sentido. Quién va a poner orden a esto. Los deputados del congreso son parte del problema todos metidos en los matices de la exageración. Muchos intereses ocultos. Sobrevivir en la burbuja.

Un presidente responsable debería dar la escoba a un campeón de la limpieza. Usar detergentes potentes. Uno se siente mucho mejor con un piso limpio.

Viva la vida.