Visitó Francia, un país donde sí existe la abolición de la prostitución Al aterrizar en París, Chanel, trabajadora sexual, me espera en el aeropuerto Charles de Gaulle y me recoge en su coche. Durante el trayecto, me comparte su historia con temor a ser detenida o descubierta por mafias al trabajar como prostituta. Me cuenta sobre sus tres compañeras, una de ellas activista por la libertad del trabajo sexual, y su deseo de conocernos. Chanel describe su día a día con valentía, a pesar de las agresiones físicas que ha sufrido por parte de clientes que le han robado. Me relata lo complicado que resulta llamar a la policía, sabiendo que podría limitar su espacio de trabajo. Su experiencia me entristece profundamente, anticipando posibles desafíos similares en España.
Chanel me relata con angustia su primer día de agresión. Recuerda que, aunque no era muy tarde, ocurrió de noche. Al escuchar llamar a la puerta y encontrarse con un chico, no notó que otro le seguía. En ese momento, estaba con su compañera, quien afortunadamente no salió, evitando así un ataque también. El intruso la empujó, le puso un cuchillo en el cuello y mientras la intimidaba, el otro saqueaba su habitación exigiendo el dinero. Chanel se vio obligada a entregar los 5000€ que había ahorrado en 10 días de trabajo. Al salir, el agresor le advirtió que debía pagarle un 20% de sus ganancias semanalmente, convirtiéndose en su proxeneta. Ante esta presión, Chanel se encuentra en una situación desgarradora: pagar o verse obligada a abandonar su país.
-¿Eres de aquí de Francia?
-Sí, soy francesa, con padre francés y madre alemana. La combinación de culturas francesa y alemana.
-¿Cuántos años llevas trabajando en la prostitución?
-Llevo dedicada a este trabajo siete años y no me arrepiento de mi elección.
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Su determinación y valentía para seguir adelante son admirables.
-¿Cómo sigues después de lo que te pasa aquí en Francia y no te vas fuera?
-¿Por qué debo abandonar mi ciudad? Esto no resolverá el problema, simplemente lo desplazaría. Me niego a verme obligada a dejar mi hogar debido a la opinión de algunos que, a pesar de ser clientes, nos juzgan moralmente por nuestro trabajo. Nuestra lucha por la libertad tiene la necesidad de enfrentar estos desafíos en lugar de huir de ellos.
Su valiente postura refleja su determinación por defender sus derechos y su libertad.
Susana Pastor
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