Repetir lo mismo, no hay que esperar un resultado diferente.
La realidad de un país, de una empresa, de una región, la vida en general es el progreso, el cambio, la adaptación, la competitividad, la eficiencia. Los avances tecnológicos acompañan el camino para que nunca se detiene. Una colmena gigantesca que produce bienes, entretenimiento, bienestar.
Espacios para soñar, componer, imaginar, proteger su integridad, su libertad, asegurar la descendencia de la especie. Vivir en paz.
Cada uno cuantos años, nos inventan las elecciones, un mecanismo democrático. Continúa llamando democracia a una cosa que cada vez más se aleja de su esencia. Los diputados, los candidatos, los representantes, los gobernadores, los alcaldes, los congresistas, la cámara baja, la alta, las comisiones, los ministros, los de todo un poco. Escrutinio, estadísticas, pronósticos, encuestas, escaños, el que si, el que no. Debates, tertulias, meeting, conferencias de prensa, opiniones infinitas.
Redes sociales, si también las usan. Todo un mundillo en ebullición. Todo el mundo politico, empleados del estado quieren mantenerse para comer en la olla del buen ciudadano pagador. No importa mucho para ellos los saltos de la economía, las recesiones, los cambios sociales. Es como una burbuja independiente. Sus paredes privilegiadas son bastante espesas para no explotar con facilidad. Viven vidas paralelas sin importar mucho saber quién los alimenta. No producen nada.
Nadie se preocupa de lo importante. El estado debería ser un facilitador, un impulsor, un catalizador de emociones, de proyectos en común. Una visión compartida. Ellos se refugian detrás de la constitución, una carta magna que no se toca. Si hay que modificarla es con la firma de la asamblea Nacional, quién va a querer serruchar su empleo….
Nadie denuncia con suficiente energía el exceso de diputados y políticos de todo pelo. Una casta que se reproduce en cada elección. A ellos no le importan los avances tecnológicos, la digitalización, las reorganizaciones, los ajustes, los Eres y el desempleo. El estado se hace cada vez más grande. Justo al revés de la vida normal. Quieren además enseñarnos cómo hacer las cosas. Regular todo con una montaña de papeles y directivas que nadie lee. De vez en cuando hay un control para recordar que existen normas a seguir. Miles de manos haciendo mucho para tener poca eficacia y menos eficiencia. Son capaces de arruinar sectores enteros.
elecciones gallegas con sus poco menores de tres millones de habitantes por ponerlo con una vista positiva tienen 75 diputados, y un montón de moscas volando alrededor para mantener toda una administración para seguir de cerca un gran territorio sin habitantes. Todo es un ejemplo que se reproduce en todas las autonomías del país. Con similar patrón en toda Europa. Luego otra capa de mando desde Madrid, otra más desde Bruselas. Estamos todos locos de quedarnos callados. Una exageración manifiesta. Parece una presa con unas fugas de agua dejando en seco su capacidad de riego. Los avances tecnológicos no alteran la manera de trabajar de esta gente. Te dicen que sí, avanzan, pero entonces donde están los recortes de personal. Sus mejores socios son los bancos, no les tiemblan las manos de quitar empleados a cada actualización de Google. Cierran oficinas para poner cajeros en las calles, no les importa la orientación adecuada. El cliente ahora necesita lente de sol o paraguas para hacer sus operaciones.
Parece que el estado tiene muchas horas de ocio pagado por nosotros. Queda de ver si nos conviene…no hay que reducir algunas de las funciones del estado, hay que serruchar paredes enteras. Quemar mobiliario, vigilar que no se reproducen estas exageraciones. Hay demasiados empleados públicos. Mire Uds. Quién necesita 350 deputados en el Congreso de la nación, unos 705 en Bruselas o 75 en Galicia. Toda una barbaridad. Muchas veces cuando la televisión hace un reportaje no hay ni el tato en el hemisferio. Donde estarán, a ver si la ausencia se paga más que la presencia……Muchos inútiles y mucho dinero perdido que debería servir a otras cosas más importantes. Lo preocupante es que se supone que las personas de confianza, los elegimos nosotros porque es el sistema en vigor. Ellos no van a mover un hilo para cambiar. Un círculo vicioso.
Nos falta un Milei y su motosierra para adelgazar el estado. En estos tiempos de querer ir a la guerra con más armamento, que lo pagan ellos con sus economías. Tenemos bastante que batallar con la inflación y los intereses, las trampas con los impuestos multi capas, el pago de las multas de un sistema que solo piensa en recaudar. Miles otras barreras para serruchar nuestro entusiasmo. Además, no paran de decirnos que no tienen ni un duro. Prefieren aumentar los impuestos de todos antes de mirarse el ombligo y ver que son muchos en la misma habitación. Aire fresco también lo necesitan.
Los medios de comunicación nos entretienen con las elecciones autonómicas como si de una catástrofe se tratara. Todo el tiempo con el tema, cada momento. Es desesperante. A quien puede interesar esto si hasta los interesados no van a votar. Los medios de comunicación son cada vez más comprados o cada vez más sin contenido. Pero si, les importa la densidad política. A más diputados o políticos más lío, tertulias, reportajes etc. El negocio es redondo. No hay corrientes de sensatez, ver las cosas sencillas con buen sentido. Nos engañan todos. Estamos en una situación donde nadie nos representa.
Ya nos alejamos del facto de la democracia. Una democracia encubierta. La realidad es más oscura. Contenidos opositores, los que hacen preguntas justas, pero fuera de la línea del poder de las legislaturas son silenciados en las redes, nadie los invita en los platos de la televisión. Cada vez más nos hundimos hacia decisiones autoritarias. Menuda democracia.
El estado es necesario. No digo que no. En su forma actual, desfasada de la realidad contemporánea y de los problemas de sus ciudadanos, no están cumpliendo con las expectativas. Nuestros votos son dirigidos con unas manos manipuladoras con mucho dinero para influir en el voto. Se necesitan cambios estructurales con consecuentes cambios para adaptarlo a nuestros tiempos. Los políticos no van a impulsar nada. Entonces quién va a empezar a ordenar este caos. La pregunta del millón. Un influencer, un profeta, un nuevo líder significativo, un grupo de presión, un presidente honesto.
Mientras, nuestra sociedad sigue avanzando en el pantano, cada vez más, le cuesta dar un paso adelante, el lodo presiona las botas.
Como hay sequía se puede también decir que el estado, cada vez más, como una testadura se aventura en el desierto, se olvidó de llevar una botella de agua para sobrevivir.
