A estas alturas, cualquiera un poco leído o simplemente al tanto de las vicisitudes de nuestra lengua, sabe que existen unas palabras llamadas obsolescentes y que este nombre les es dado a medida de que el vulgo, el pueblo llano, va dejando de utilizarlas en el lenguaje del día a día, la Real Academia de la Lengua, esa que “limpia, fija y da esplendor” es sabedora de ello y es, precisamente, la encargada de analizar todo lo antedicho e ir otorgando esa categoría de obsolescencia a las palabras que lo van ameritando.
Sin intentar chafarle la cola a ningún académico y muchísimo menos a mi admirado D. Arturo Pérez-Reverte, si me atrevería a pedirles desde aquí, con toda la humildad y respeto de los que soy capaz, que incluyeran dentro de este, imagino enorme, grupo de palabras, el verbo dimitir, desde el momento en que a la vista de todos está el que aquí no dimite ni el Tano.
El gobierno lleva embarcado desde hace ya tiempo, en una espiral de mentiras que, lejos de cesar, de amainar, van "in crescendo", mentiras que, si en un principio tan solo afectaban al presidente del gobierno, conforme ha ido avanzando la legislatura, han ido extendiéndose entre sus ministros, esos 22 personajes que poco a poco han ido demostrando que su capacidad para la mentira, es tan buena como la de su jefe. Pero bien mirado, qué podíamos esperar, total si el que manda, que se supone debería ser ejemplo de todo para sus subordinados, fue quien empezó con lo que eufemísticamente da en llamar “cambios de opinión”, pues resulta hasta lógico que los que le siguen en escalafón, sigan la senda ya trazada.
Desde el episodio de las maletas de la criminal Delcy y su no-paso por Barajas, hasta este último concierto que no es concierto y que tan primorosamente explicó la segunda de a bordo en nuestro Senado, toda esta legislatura esta bordada primorosamente, puntada a puntada, con mentiras y mas mentiras, así no pasa nada cuando el que no iba a pactar con Bildu lo hace su socio de gobierno, el que iba a devolver la españolidad a Cataluña, empieza tomando medidas para acabar con el español, la inefable y pija Yolanda, camuflando a los parados dentro de ese grupo de “fijos discontinuos” donde a fecha de hoy ya son 800.000 según la CGT. El superministro Puente, anunciando sin rubor ninguno que “el tren atraviesa por su mejor momento” y así todo, la amnistía, la entrevista con el embajador de España en Venezuela, los bailes de números cuando la pandemia y ya últimamente, todo lo relativo a su mujer y su hermano, empezando con que iba a colaborar con la justicia, pasando por el que no había tenido contacto nunca con Barrabés y acabando con esa ley que pretende ahora aprobar y que seguramente impedirá el que artículos como este se asomen a la pantalla del Diario.
Muchos maledicentes siempre han dicho, que, si la mentira no se coge, no es mentira, pero lo más impresionante del caso, es que a esta banda de corsarios se les pilla desde la primera hasta la última, es lo malo (para ellos) que tiene la democracia. Pero eso sí y aquí iba yo con estas líneas, en este nuestro sacrosanto país no dimite ni San Pedro por llover siempre a destiempo. Alvise, pillado con esos 100.000 en negro y que ahora intenta hacer ver que lo hacen todos y que se va a convertir en la pesadilla de hacienda, cuando el plumero ya se le ha visto y con esto hemos podido ver que es uno más interesado en tocar poder para vivir de la mandanga, Sánchez, Puente, Montero, Bolaños, Illa, Ábalos, Calviño, Yolanda, Albares y unos cuantos más que debería dimitir por haber mentido al pueblo, lo más grave que a mi juicio puede ocurrir en democracia.
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Pero no, no esperemos que ninguno de estos pájaros dimita, saben que el PSOE gracias a ellos está tocado de muerte y que fuera del gobierno, van a tardar muchos años en volver a pisar los salones de Moncloa si no es como invitados. No se pueden asaltar las instituciones, no se puede mentir y engañar tan miserable y ostensiblemente, no se puede estar hundiendo a España a todos los niveles, desde económicos hasta diplomáticos, no se puede llevarnos a las listas de pobreza en Europa al lugar que nos han llevado, ni se puede condenar a muchos niños a pasar hambre, eso no.
No es de recibo que un mena cobre más que una viuda o un jubilado y que nadie me venga con el rollo de la cotización, salvo que me vaya a demostrar que los menas han cotizado por algo y que no me vendan la burra de que trayendo de Mauritania 250.000 personas sin oficio ni beneficio ni sabiendo hablar español, nos va a solventar el futuro.
La culpa es nuestra, deberíamos pedir a nuestros vecinos franceses aquellos chubasqueros o chalecos amarillos y salir todos los domingos, en todas las capitales de España a pedir la dimisión de tanto mentiroso como nos gobierna, pero no, se está mejor sentado en una terracita, con el aperitivo, con el selfi de los morritos, presumiendo de tipito y de acompañante, que, en mitad del asfalto, gritando consignas y pidiendo lo que en el fondo pensamos una gran mayoría: Sr. Sánchez, váyase!!!.
©Fernando García, 30.09.2024
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