Exagerar demasiado siempre puede terminar muy mal.
Cual sea el sector de actividad, es una lista tan larga de apasionantes negocios que no cabe en un ordenador portátil o un móvil que también hay que pagar a precios del oro.
Todos están involucrados, esto va tomando la forma de una tormenta perfecta.
La actualidad asombra con eventos disruptivos. Los tiros salen por la culata ahora en todas las direcciones. Algunos directamente en sus propios pies con sus negocios de preferencia dominantes sin mucha competencia plegados de patentes y exclusividad. Las empresas tecnológicas son un buen argumento para crear burbujas que terminan asfixiando a todos con sus precios astronómicos sin competidores.
Difícilmente se va a acabar la exageración y la especulación a gran escala.
Las tensiones y las guerras de tarifas aduaneros recién iniciadas por el presidente Trump y su "América first" van a crear un buen lío mundial. La cadena de suministro global " just in time " se desestabiliza sin conocer sus consecuencias por el momento salvo los precios para los usuarios que van a continuar claramente aumentando.
El declinó de la nación o del imperio americano está apretando todas las democracias con sus poblaciones trabajadoras bajo mucha presión con la inflación, altas tasas de intereses, la desigualdad aumentando. Entrena destrucción, devastación y el abandono de muchos sueños de la gente debido a unos políticos y empresarios que solo le gusta hacer negocios de manera exagerada sin ningún sentido. No le importa al acomodado si el helado sube de precios, puede comprar la leche para el gato mientras que un pobre no puede hacerlo para sus hijos.
Lo peor es que lo hacen con trampas y tacañería. ¿Para qué? Un coche más en el garaje, un yate amarrado en el puerto, una piscina con calefacción. Un avión privado varado en el aeropuerto. Un diamante para el amante. Fiestas privadas. Comprar o absorber empresas como comer unos arándanos. Mucho más no se puede hacer, además hay que tener buena salud para disfrutar de tantas cosas a la vez.
Además, ni siquiera lo hacen al contado, usan el dinero todo a credito. Es pura ilusión. Hay tantas deudas que nadie piensa pagarlas algún día salvo los juzgados obligando a las hormigas trabajadoras que cargan con todo el peso del trabajo sucio.
Tener dinero no es malo, ser un emprendedor, un gerente o un trabajador merece la recompensa por su trabajo.
No se discute el sistema, tampoco se trata de quitar al rico para darlo al pobre. Esas eternas batallas entre ideologías para entretenernos. Las cosas no se tuercen cuando se pretende acaparar dinero como lo hacen las ardillas con las nueces para poder subsistir al invierno. El problema surge cuando unas ardillas bulímicas acumulan tanto como todas las ardillas del país dejando a sus colegas sin nada que comer. Eso ya no es capitalismo. Es una salvajada.
Se reconoce por fin en la EU el exceso de regulaciones en el mundo empresarial.
Hay un consenso para finalmente combatirlo, de hacer una "cremá" al estilo Valenciano. El liberalismo toma fuerza de nuevo. Sin embargo, muy curiosamente donde hay que actuar con firmeza es como un incendio sin los bomberos. Se ven las llamas desde lejos, pero es como tocar al diablo y se alejan todos corriendo con el miedo. Como reducir por ejemplo los tamaños de las estructuras administrativas y políticas, revisar las competencias que se sobrepasan. Las megaempresas que van a sus bolas.
Sin entrar en los detalles algunos ejemplos de abusos: la industria automotriz.
Ya están en líos por su propia culpa. Manipulaciones de las emisiones, coches cada vez más grandes y caros que no necesitamos, SUV... quienes promocionan que tenemos que usarlos en las ciudades donde el 70% de la población vive. Un montón de tecnología embarcada para andar a 30 km/h. Llorones para conseguir las subvenciones, ayudas estatales y regionales, el gobierno paga sus ajustes laborales con ERTE, no quieren pagar las multas de la transición hacia el coche eléctrico por no poder respetar los plazos. Subieron tanto sus coches o motos que los compradores no pueden pagar ahora o financiarse con intereses de usureros. Hasta un ciego ve las anomalías. Las ovejas no tienen más lana que esquilar. Aquí estamos ahora, el sistema es como un motor que se está gripando. Lo mismo se repite como una fábrica de galletas en todos los sectores de actividades. La tormenta perfecta está en movimiento.
De tanto querer el dinero de la mantequilla, la leche de la vaca y el culo de la granjera.
Ahora todas las industrias funcionan con el mismo padrón con sus precios inflados para generar beneficios extraordinarios todo el tiempo. El cliente se transformó en un número estadístico, con costumbres, sus deseos son guiados con el seguimiento obligatorio. Sus ingresos calibrados por los bancos y los datos que proporcionamos a través de la red. Se fabrica casi todo en China y venden todo a precios europeos o americanos dejando márgenes extraordinarios. El consumidor final siempre pagando el máximo precio dejando a las empresas y accionistas forrarse. Por algo se llama la fábrica del mundo. Todos querían billetes de engaño. Quién se preocupó de los empleos que se perdían en Europa por fabricar en china sin tener ninguna ventaja con precios de compra más baratos. Era un montaje financiero de más.
China, la potencia de referencia absoluta en el camino.
China es un gran estratega porque su paciencia histórica le permite ahora pasar a la segunda fase de su gran plan. Volver al dominio comercial de antemano.
Ahora los chinos no necesitan más intermediarios para vender sus productos. Lo hacen ellos mismos dejando caer las empresas europeas o americanas sin piedad. Están las marcas y fábricas occidentales completamente sobredimensionadas, repletas de empleados caros con las manos adormecidas. Las ganancias tan abultadas no necesitan optimizar sus operaciones. Sus protocolos administrativos y regulaciones les están quitando la imaginación y la agilidad, engordando las filas de espera al médico para una cura. Se veía venir desde hacía tiempo. Pero mientras que el dinero sale a borbotones, nadie se preocupaba de ver si la mina seguía con suficientes minerales. Pensaban manotear a los chinos y finalmente es al revés.
Ahora la actualidad se está desplazando hacia las tecnologías IA (inteligencia artificial).
La corona del rey. La transformación digital, una apuesta maestra desde los Estados Unidos donde se quiere minimizar la importancia del producto físico. Otra manera de dejar progresivamente la dependencia de China, pero guardando todos sus beneficios.
Llegó el golpe fulgurante desde China. El dragón lo tenía todo planeado.
Como un órgano de Stalin, lanza sus dardos en conciertos. Ellos pueden hacerlo todo a una fracción del precio vigente. También ir al espacio. Competir con Chat GPT con calidad a precios muy competitivos. Una enorme sorpresa que fulminó a los que se creían listos con una trama que parecía el robo del siglo. Unos entendidos riéndose de todos nosotros. Pretendían engordar los precios de todo lo que compramos con un contenido tecnológico digital. Se encargaban de colocar sus productos en todo lo que hacemos y tocamos. Los gobiernos y socios políticos están encantados especialmente con sus incrementos de PIB, impuestos y buena vida. Una nueva burbuja maestra había nacido. Los tontos de la película, nosotros sudando para conseguir el dinero para pagar todas estas locuras. El que no puede se ve largado en las chabolas de las periferias de las ciudades. La democracia como un recuerdo lejano.
Los chinos, de tanto despreciarlos ahora tranquilamente aplican su sabiduría milenaria de cómo hacer los buenos negocios.
Nuestros caciques arrogantes tenían una financiación adicional orquestada para convencernos de que los productos chinos eran inferiores. No nos decían que un Mercedes o un Audi tienen más componentes desde China que Alemania. Nos engañaron desde hace décadas.
Los europeos también tenemos siglos de experiencia.
Sabidurías, culturas y eruditos para hacerlo todo bien. Tenemos principios universales, una visión colaboradora con respecto. Nos gusta la supremacía, compartirla guardando la ventaja. La esencia de pasarlo bien con todos sin dejar a nadie demasiado lejos atrás. No nos gustan más las guerras. Eso sí, mantener unos mínimos vitales garantizados para todos. Una especie de democracia gentil evitando demasiados problemas de orden público. Adoptamos un modelo de capitalismo / social aguantable. Una manera de vivir la vida con confianza sin tener siempre la obsesión del billete verde.
El tren últimamente no sigue las vías trazadas.
Una desigualdad creciente que va a modificar nuestra seguridad, los fundamentos atropellados, una sensación clara de abusos, abandonos de nuestros políticos. Desde unas décadas los europeos buscaron unirse en un solo bloque de naciones. La Unión Europea,
formando un mercado único para desarrollar los negocios entre todos. Una cosa aparente sencilla se transformó en un gigantesco laberinto. En lugar de simplificar, lo complicaron todo duplicando los recursos y toneladas de documentos regulatorios. Un discurso de neoliberalismo con mordazas del otro lado. Es como andar en coche con los frenos activados. El coste de los errores es gigantesco, parece un suicidio colectivo.
El incesto político, la cuerda a los cuellos de los empresarios hicieron el resto. La corrupción y la globalización tomo el relevo sin hacer muchos más casos al papeleo hacia una visión más liberal desenfadada, saltando muchas lógicas fiscales sin control promocionada por las grandes multinacionales cada vez más poderosas. La impunidad se generalizó con además ayudas de los políticos y gobiernos para llenar sus cajas ahora con un impacto global. La buena salud de las empresas con sus alas desplegadas con métodos poco ortodoxos alertó a las corrientes de izquierda con un montón de pretensiones y curiosidades sociales. Las alternancias en el poder entre partidos opuestos en lugar de unir sus fortalezas, esa ida y vuelta durante años no ayudaron a más claridad.
Sin embargo, había sopa para todos.
La carne se la comían en el Congreso, los políticos tienen esa picardía de mantener sus kilitos de más para una buena apariencia, los zapatos lustrados. Son muy capaces de sentarse todos en la misma mesa con la luz prendida. Toda una burbuja alejada del pueblo.
Todo parece un frigorífico lleno de cosas caducadas pudriéndose al interior.
Abrir la puerta y te lleva una sorpresa mayúscula. Todo no es blanco como aparece. Llego el momento de remangarse para limpiar todo con un fuerte detergente y quitar las manchas de toda esa cocina. No hay que inventar nada. Solo limpiar y cambiar al cocinero. Por supuesto también recuperar la buena dirección de nuestras vidas.
Viva la vida.
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A Jean Pierre Maire siempre le persiguió la curiosidad. El deseo de conocer el mundo desde la temprana edad. Le apasionaban los mapas, se forjó entonces un verdadero camino hacia la singularidad, la independencia y la libertad. Tratando de influenciar sus decisiones para satisfacer sus necesidades. Es de esos que creen que el destino se puede forjar. Seguir la mayoría nunca fue su objetivo.Tuvo que surfear sobre la ola, caerse en el agua de vez en cuando. Aceptar los modales de la sociedad done vivia cada vez más decadente moralmente y tambien corrompida. Meter sus manos profesionales en el sistema con una doble agenda. He sido un cobarde egoísta de no levantarme contra tantas injusticias.
Astuto en aprovechar las oportunidades, creciendo en las heraquias, buscando el mejor rendimiento económico con mi trabajo. Pudimos en familia vivir experiencias extraordinarias con condiciones privilegiadas. Quedan ahora estas vibraciones, estas maravillosas sensaciones de que queda más por ver, entender, que nada está terminado.
Ahora jubilado, primero no deja entrar a este viejo en su casa como justamente lo dice el actor Clint Eastwood.
La experiencia es un grado. La andadura es un regalo. Tuvo suerte, trabajando en varios continentes con puestos de gerencia general en el sector industrial. Multinacionales suizas, suecas, canadiense. Autónomo unos años en Madrid. Un amante de la vida, de la familia, los deportes, la naturaleza.Subiendo montes y altas montañas, andar en la bici de carretera, maratónes. Motociclista apasionado desde siempre. El "yo" egoísta es visible en el camino. No es una forma extravertida como aparentar con aires superiores. Son estas cosas que me llenan, me divierten, me emocionan. Cosas solitarias. Me gusta aprender siempre cosas nuevas.
Jean Pierre Maire, nació en Suiza el 18/12/1954. Vivo en Torrente desde 2017.
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