El curioso investiga un poco más
Los detalles pueden hacer una diferencia también cuando viajas.
Viajar es una motivación irresistible para mí. Un sin fin de lugares para enriquecer tus conocimientos, observar, dar respuestas a tu curiosidad. No necesariamente tiene que ver con las distancias, hay un mundo de descubrimientos en el mismo sitio donde vivimos. Cosas habituales que vemos cada día sin prestar más atenciones, pueden llevarnos a la rutina, algunos pueden caer en el aburrimiento. Otra cosa es la constante inquietud de saber algo más por cada detalle que nos rodea. Una ocupación a tiempo completo. No hay que despreciar su entorno habitual. La felicidad está más cerca de lo que piensas. Tus ojos serán testigos de grandes emociones, podrá ser también más analítico, crítico, te ayudará a tomar las buenas decisiones.
Como ejemplo las tormentas de estos días de junio en la comunidad valenciana. Se cayó una palmera de buen tamaño en una calle de Torrent muy concurrida a la hora del incidente. Tres coches destruidos. Hubo por milagro solo un herido leve. La alcaldesa ordeno luego la eliminación de doscientos palmeras en las calles de la ciudad. Hace varios meses en cada ocasión, pasando por el lugar había notado la inusual inclinación de esa palmera. Pensaba que no era normal y que una acción preventiva era necesaria. Hablando con vecinos me tomaban de loco. Estos detalles hacen la diferencia, a veces es una cuestión de vida o muerte.
Cuando tus motores empiezan a tener algo más de potencia, evidentemente los grandes espacios van a atraer tu atención. Si no lo tienen, vas a usar tu imaginación, los libros y ahora las redes sociales y el audio visual. Vas a querer ampliar tu terreno de conocimientos siempre. Los grandes viajes van a animar tu sed de curiosidades.
Aquí empieza la diferencia entre un curioso y un turista.
Por ejemplo, si vas a París vas a ver los magníficos e históricos. Probará un restaurante con su cocina celebrada en todo el mundo. Sus calles comerciales están muy ligadas a la moda. En todos los sitios y destinos contemporáneos hay singularidades y cosas que ver. Cada país o ciudad con sus gustos y promociones. Es ahora mismo toda una industria. Un catálogo de maravillas que ver por cada sitio que visites. Los organizadores están muy pendientes de meter sus manos en tu bolsillo. Te confirmaran la realidad de lo que has visto con sus vídeos de U- Tube y catálogos virtuales desde tu casa antes de viajar. Todo está muy bien montado. Podrás comentarlos con tus pares devuelta a tu casa. Estarás contento de aparentar al selecto grupo de los trotamundos. Para asegurar la foto perfecta irás a las tiendas a comprarte gafas y gorras, crema solar y chancletas. Una camisa de explorador. La satisfacción de abrir tu mente con cosas nuevas. Habrás probado la cocina local, observado la arquitectura singular de los lugares, también habrá aprendido algo sobre las costumbres de los pueblos visitados. Quizás bailando en una discoteca. Habrás gastado según tus posibilidades o tirando de la tarjeta de crédito. Volverá contento y deseando repetir. Internet se encargará de proponerte nuevas destinaciones según tus gustos ahora identificados por la IA "inteligencia artificial".
Consumir turismo es ahora un producto más.
La exageración empieza a causar daños a los mismos habitantes de los lugares visitados con degradación social, ambiental, precariedad y exclusión. Un panorama penoso que merece una reflexión sobre una regulación más estricta del sector, igual que se hace por un producto cualquiera. Hacer dinero no es malo. Otra cosa es de cualquier forma con daños evidentes. Una vez más, la exageración es la enfermedad que combatir.
El curioso, hace todo lo mismo pero rasca mucho más.
No es suficiente para él, un viaje todo preparado al milímetro. Su mirada es más profunda, los detalles van a atraer su atención. Se harán preguntas, las respuestas con posibles investigaciones. El porqué de la limpieza obsesiva de los japoneses, que hacen los recogedores de latas de cervezas y colas en Nueva York, porque los padres corren al llevar y recoger sus niños del cole. Porque no quieren que saques fotos en el Cairo. Porque el humano te ofrece la hospitalidad estando solo en todo el mundo. Porque las carreteras hipnotizan a los viajantes. Porque la curiosidad, como un microscopio necesita trocear las cosas por partes, ver lo que no se ve a primera vista. Enriquece el menú, le da mayor consistencia. Un recuerdo más duradero y sobre todo hablará con personas. Gente muy diferente a tu entorno habitual. Comprenderá aún más lo que es la diversidad y la tolerancia. El curioso duerme mucho, se levanta temprano, los ojos abiertos con intensidad todo el día. Su vista panorámica escanea los detalles, acumula pruebas, recopila los datos. Saca conclusiones. Cataloga los descubrimientos. Establece un retrato de lo visto y vivido. Puede ser muy diferente de los folletos y catálogos de las agencias de viajes. Estará en lugares distintos, explorará más allá que la última parada de la línea del autobús urbano. Organizará sus actividades individualmente, sus experiencias serán más aleatorias y sorpresivas. Deberá improvisar, encontrará situaciones más tensas, también con sonrisas y emociones intensas. El curioso busca acercarse a los límites, las zonas prohibidas. Es a veces un problema. Se olvida que es solo un viaje, un instante diferente, un paréntesis en su vida. No soluciona nada. No aporta cambios. Es solo un par de ojos sobre otra realidad presente. Tu voz no tiene la potencia suficiente para cambiar el curso del río. Para qué...la excelencia no siempre está en tu casa, tu barrio, tu ciudad o tu país.
La comparación es inevitable, eres capaz de sortear lo bueno del malo. Esa sensatez tan buscada y difícil de encontrar.
El curioso difícilmente puede compartir sus andaduras. Es muy aburrido escuchar a un detallista, él sabe todo. La percepción de que es un agrandado imbécil. El silencio dice mucho más. Lo seguro es que poder entender algunas cosas más sobre las personas de varios continentes y sus costumbres hace que tu mente esté más tranquila. Los enemigos se reducen a un puñado de personas. Las buenas personas están aquí y por allá por todos los lados. La paz es la bienvenida siempre. Por mucho que los políticos quieran solucionar problemas con matracas y bombas, son capaces de silenciar a los estudiantes con sus acampadas tratándolos de terroristas. No van a poder con el deseo de la gente. Todos aquellos que saben muy bien lo que es alimentar sus vidas con esfuerzos diarios.
Curiosidad. Las buenas personas sienten más ganas de conocer, aprender y descubrir lo que nos rodea y a nosotros mismos.
Compasión. Sienten el dolor y sufrimiento del otro y tienen tendencia a evitarlos si están en su mano.
Calma. Si estoy bien conectado conmigo mismo, no necesito estar alterado y en tensión. Veo cuando una parte se activa y soy capaz de regularme.
Claridad. Capacidad para distinguir bien las sensaciones, percepciones y pensamientos. Hacen buena lectura interna de cómo se encuentran
Coraje. La buena persona tiene el valor y la decisión para acometer dificultades.
Confianza. Dispone de esa esperanza y fuerza para que las cosas sean de determinada manera, alcanzando sus objetivos.
Creatividad. La buena persona está abierta a lo nuevo, a inventar y cambiar.
Conexión. Se siente en contacto y comunicación con los que le rodean, sintiéndose parte de los demás, lo que conlleva percepción de pertenencia que nos trae seguridad.
Con estas cositas cada uno puede identificarse fácilmente. Creo que las noticias son buenas.
Viva la vida.
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