Algunos dicen que si el agua baja de calidad, deberíamos pagar menos...
El líquido delicioso, silencioso, sencillo, maravilloso, transparente, siempre disponible. Lo usamos para todo, sin el agua no hay vida. Nadie se preocupa mucho de cómo llega al grifo. La factura es tan discreta que ni te acuerdas cuanto pagaste por ella. Nos preocupa más el precio de la gasolina, la electricidad. Cosas para disfrutar.
El agua es vital para vivir. Nuestra inconsciencia es patética.
Desde años multinacionales discretamente compran fuentes de agua en todo el mundo. Saben muy bien que la escasez va a llenar sus bolsillos. Transformando un bien universal en un jugoso negocio. Las autoridades pierden de vista que debería ser un bien público de máxima prioridad. Vigilar su seguridad. Unas instalaciones técnicas de primer orden en todo el mundo. Inversiones colectivas con asistencia internacional. Las migraciones por falta de agua serán imparables junto con su desorden social.
Las sequías ahora pulsan el botón de alarma con el rojo vivo.
Un estrés hídrico casi permanente en muchos países. Pero los problemas del agua no son de hoy, escondidos en los despachos municipales, comunidades y estatales. Están llegando a nuestras puertas ahora. Alarma roja con el nivel muy bajo de las presas, contaminación de pozos, baja presión regulada, falta de inversiones para el mantenimiento, plantas de filtraciones, desaladoras. La distribución del agua para la agricultura es muy descuidada, no lo es tanto para las macro granjas ganaderas y negocios intensivos. El que la necesita la tiene, con dinero hasta el golf no le faltan los verdes intensos. Quedan los tremendos líos para irrigar las tierras de los currantes. Todo un sin fin de administraciones negligentes. Tuberías obsoletas, fugas, un gigantesco trabajo para poner esto al nivel que corresponde. La calidad del agua es irregular, muchas veces mala hasta comprarla en botellas en redes privadas. Se habla de dinero constantemente para todo y nada.
Con el agua, cuando ahora todo se viene abajo, se remite a Dios para llamar a las lluvias.
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Es negligencia pura y dura desde hace décadas. No es un tema de izquierdas o derechas. Es priorizar la frivolidad antes de lo esencial. Llegamos cerca del colapso. Lo mismo pasa con las aguas residuales. El mar no sería como esta con tirar todo en ella con inversiones tan subestimadas.
La guerra del agua puede comenzar.
Va a ser la madre de las guerras. Pocos tomaron nota de la gravedad del asunto. Parece que los gobiernos saben muy bien que es tarde para rectificar. Ni siquiera en los presupuestos incluyen las urgencias del agua. Van directamente a sacrificar parte de la población. La sequía también genera desplazamiento, migración, pobreza, marginación, conflictos y violencia social.
Ocupados para la producción energética para crecer, olvidaron lo más esencial. El agua. Corren atrás de los desastres del medio ambiente de la misma manera, por dejadez preferirnos dar prioridad al crecimiento desmesurado con una carrera a quien tiene más. Deberían ser encerrados estos políticos sin cabezas. La gestión del agua es un capítulo doloroso. Es como no ver un elefante en la habitación. No es de recibo.
¿Ahora qué?
Pagar más para el agua antes de quitarla. Otra jugada maestra. Seguir con todo lo puesto, joyas incluidas. Sin sacrificar nada. Sacar donde no hay para por fin trabajar en las reformas del agua. Las tácticas de engaño siguen funcionando para cobrarte más. Amenazas con el racionamiento. La escasez justifica los aumentos como si se tratará de vender un coche. Disfunciones de calidad y más desgracias. Pagar más por menos. Es lo que nos espera. Luego peleas, desorden público. Robos del agua.
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Una vez más el mar puede salvarnos.
De tanto maltratarla ella quizás tiene la solución. Por el momento por cuestiones de costes y prioridades ambientales no invierten con nuevas desaladoras. Pero tampoco en nuevas técnicas como la osmosis inversa más gentil con el medio ambiente. Es increíble la situación. Preferirnos invertir en la guerra con más armamentos. Por cierto, a costes astronómicos. Esto no tiene un buen final.
Viva la vida.
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