▷ ¿Preparamos al alumnado para enfrentarse a la vida real?

La gran pregunta: ¿un maestro enseña o debe ser una figura guía que acompañe al alumnado a descubrir su propio aprendizaje?

A lo largo de los años, la función principal del docente ha evolucionado o, tal vez, se ha ampliado. Lo que un tiempo atrás se consideraba enseñar, ahora es el resultado de todo un proceso de aprendizaje. Es decir, el maestro enseña porque el alumno aprende; no enseña lo que aprende, sino a cómo llegar a asimilar ese conocimiento. Por ello, considerando que la escuela actual ofrece mayor autonomía en el proceso de aprendizaje del alumnado, se debería tener en cuenta que estaría formando también al alumnado con un mayor espíritu curioso y dotándolo de herramientas para resolver conflictos, dos aspectos fundamentales para el desarrollo personal y, por tanto, para enfrentarse a la vida real.

Por otro lado, si entendemos la vida real como saber hacer un currículum, realizar la declaración de la renta, desenvolverse en una entrevista de trabajo o incluso ser capaz de enfrentarse a ciertas tomas de decisiones probablemente la respuesta no sería afirmativa.

En este caso, se puede observar que los jóvenes acaban su etapa educativa con una mochila vacía de recursos, sin conocimientos básicos que les permita enfrentarse a la realidad con cierta competencia, lo que les convierte a su vez en jóvenes dependientes y les limita en su futuro tanto personal como profesional. Por tanto, teniendo en cuenta que el futuro inmediato reclama una mayor formación en estos aspectos, tal vez sea el momento de plantear una actualización de los objetivos y ofrecer una formación de calidad para los docentes que les ofrezca las herramientas necesarias para educar en este ámbito.

En definitiva, en un ambiente educativo en constante transformación que prepara a los jóvenes para un futuro igual de cambiante es necesario plantear la educación como un aprendizaje significativo, útil y relacionado con las situaciones reales. Sin dejar de lado la importancia que esto merece, en la escuela actual no se trata solo de aprender contenidos o probar la capacidad de memoria del alumnado, sino de asegurar que finalizan su etapa de formación con una competencia demostrable en su día a día.