Noche de ánimas

Desde que los norteamericanos instalaron en España sus bases militares con el pretexto de estar protegidos de cualquier ataque enemigo que pusiera en jaque sus intereses en nuestra tierra.Desde que Hollywood empezó a meternos en la cabeza que beber esa bebida azucarada-carbonatada nos podría dar “ilusión de vivir”. Pues digo, que desde que se produjeron esos asentamientos y vinieron esos nuevos hábitos que trajo el celuloide, las tradiciones de este país han ido tomando otros derroteros.

Aquí en la noche de ánimas se sale a la calle con cencerros para espantar los malos augurios, se asan castañas, se comen huesos de santo y se limpian las mortajas poniendo flores de honra al que se marchó a ese lado que nadie conoce pero que nos espera inexorablemente.

Sin embargo en las últimas décadas los comercios llenan sus escaparates de monstruitos, vampiros y todos los iconos del terror cinematográfico olvidando que eso es una importación barata de películas de serie B que suelen tener un guión basado en impresionar más que en conmocionar, películas que conciben la muerte como un mal maldito más que como un tránsito necesario hacia dimensiones desconocidas pero necesarias para la propia evolución de tu alma.

Por tanto cuando me llamaron para realizar una sesión de cuentos de terror en un centro comercial para esta víspera de la noche de ánimas pensé en seleccionar cuentos en los que se trabaje el miedo pero desde otro punto de vista:

• -miedo a ser uno mismo
• -miedo al rechazo
• -miedo a emprender el sueño de tu vida
• -miedo a reconocer nuestra vulnerabilidad
• -miedo al extranjero
• -miedo a reconocer mi inocencia
• -miedo a equivocarme
• -miedo a emprender una nueva vida
• -miedo a dejar un trabajo que no me gusta
• -miedo a meditar
• -miedo a decir “te quiero”
• -miedo a la muerte porque no he aprovechado mi vida haciendo lo que me gusta
• -miedo a pasar desapercibido
• -miedo a morir solo
• -miedo a que mi vida no tenga sentido ni siquiera para mi mismo
• -miedo a pasar por un semáforo en rojo.
• -miedo a no ser un buen amante.

Los personajes de mis cuentos confesarán tener miedo pero no a los patéticos personajes que nos ofrece la industria del cine mediocresino a esos miedos con los que todos convivimos pero que no nos atrevemos a desvelar y que están protegidos bajo una máscara de “personalidad” que además identificamos como propia utilizando frases como:

-yo es que soy así

-Yo ya no puedo cambiar

-Jesusito, Jesusito que me quede como estoy.

-yo no he tenido suerte en la vida.

Ect.ect.ect.

El miedo es sano si te permite reconocer todo aquello que no estás haciendo en tu vida para convertir tu existencia en una obra de arte que merezca la pena ser vivida, no solo por ti sino por todo el entorno que te rodea.

Dime una cosa:

-¿Tu vida en la tierra merece la pena?

Después de lo narrado en la noche de ánimas no me queda más remedio que invocar todos mis miedos frente a un público familiar que espera que les dé un susto de muerte cuando en realidad recibirán un susto de vida.

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