Muchas veces, el público en general y los aficionados que, se creen exégetas del devenir político global, no alcanzan a metabolizar que, los bautismos de fuego de todas las guerras, no contienen una motivación bélica esencial sino otra, de una raigambre estrictamente macroe conómica.
Y, no es desatinado suponer que fue Bonaparte, el iniciador de esa secuencia, al haberse cargado todos los postulados de La Revolución Francesa e inaugurado un feroz y demencial absolutismo.
Que, nada tuvo en común con los miles de guillotinados conducidos a la Place de la Concorde, para ofrendar sus cabezas en defensa o repudio de esos Principios Libertarios de Igualdad y Fraternidad.
Las motivaciones napoleónicas solo tuvieron en miras que, su creador, satisficiese su propio culto a la personalidad.
Junto con la exportación cultural francesa a toda la Europa continental, como, va de suyo, haber concurrido por los caudales y fortunas de todas las monarquías conquistadas.
Al solo efecto de restañar el enorme quebranto que Francia, venía acumulando por haber financiado y de una rebosante manera a estos Independentistas Norteamericanos que, sumergieron a los Capeto en la puñetera miseria.
Adolfo Hitler, pudiendo haber esperado que sus físicos y técnicos, perfeccionasen mucho mejor sus temibles wunderwaffen, por apenas dos o tres años, contando a partir de la fabricación masiva de ellas, con todas las cartas del mazo no aguardó lo suficiente.
En aras que, el Nacional Socialismo, pudiese haber reemplazado tanto al Capitalismo como al Marxismo y de un solo golpe, con un arsenal que nadie como existente o posible de inventar en esos tiempos.
Porque esa Alemania, se encontraba, igualmente, famélica que la Francia Bonapartista de fines del siglo XVIII.
Y, por ello, se le tornaba del todo impostergable, hacerse de la mano de obra barata en los países a ocuparse, con más, la captura de la tecnología de punta disponible.
Como la que, luego de la invasión de los Sudetes, alcanzó cuando ocupó el gran e invaluable Complejo Skoda checoeslovaco.
La irrupción, poco tiempo después, del Tio Sam en Korea, se debió en gran medida a torcer y amenguar una deflación mundial que, venía acumulándose desde que, el Plan Marshall no logró incentivar el consumo masivo de bienes y servicios en todo el Occidente.
La posterior e igualmente ruinosa intervención en el Sudeste Asiatico ante la derrota de Legión Extranjera Francesa luego de la retirada en Dien Bien Phu, fue otra forma de atenuar la depresión del Complejo Militar Industrial de la Bell Helicopters y la General Dynamics -principales proveedores de la USAF en Vietnam.
Y hoy, quizás, los escenarios y protagonistas son otros, pero las motivaciones son idénticas.
Beijing -merced a la inestimable ayuda ofrendada por Richard Nixon en 1972- se ha tomado este último medio siglo para reemplazar el unicato yankee y, despojarlo de su cetro.
Otorgándole la derecha a su amigo y limítrofe vecino Putin, a los efectos que este pueda reunificar el histórico mapa de la Unión Soviética en un mismo esplendor que en la etapa Stalinista.
Habiendo ejercitado para ello, una primera e incruenta movida, cuando se apoderó del imperio financiero de Hong Kong.
Aguardará en el mientras tanto que, Moscú y Minsk, sojuzguen finalmente a Kiev, junto a ese ridículo guapo en camiseta que, debe de contar su vida por minutos -de permanecer en la Capital Ucraniana-, y, no saque el imperativo provecho de poder fugarse antes que, sea ya demasiado tarde.
Cuenta en favor de su quedantismo que, un hato de retardados de Bruselas, sean, además de idiotas, un grupo de invidentes.
Que, por más que, se los inste a espabilarse, sobre un colapso financiero de inimaginables proporciones, no atinan a tomar sus petates y, refugiarse en el anonimato y, con nuevas identidades en distantes iglús en la remota Groenlandia.
Por todo ello, esto es, la categorización indiscutible de lisiados mentales, tanto de los bruselistas como el de la narigona Lagarde y, este empapelador de Powell que, sigue adhiriéndose a una espasmódica ficción.
Dada en que, la alocada impresión de dólares, habrá de obturar los inimaginables agujeros negros de la cuenta corriente fiscal que, bueno, solucionara todo y, será como antes, como siempre.
Y, como en sintonía con todos los de su condición oligo aquí en el DC, no se representan que cuando el dólar era una moneda genuina y con respaldo aurífero, Roosevelt, a mitad de la Segunda Guerra y, apelando al Patriotismo de todos estos gringos, no emitió un solo billete.
Financiando así todas las erogaciones del conflicto con Bonos de Guerra.
Ahora y, a partir de la artificiosa pandemia del Sars y, para enriquecer abusivamente al morboso Cartel Farmacéutico, comenzó a obsequiarles todos los "verdes" que bajo el patronato de su todopoderoso gerente -Anthony Fauci-, le requirieron.
Circunstancia está que, el ciudadano de a pie, no se encuentra capacitado para mensurar en su consecuencia inmediata, ergo, si alguien es bendecido con la gratuidad de préstamos de la Reserva Federal, la primera y, lógica secuela es, el exponencial crecimiento del empleo.
Que, inmediatamente después, dispara artificiosamente el consumo y por ende la inflación -como hoy acontece.
Pero ese incremento, a su vez, trae aparejada las alzas de las tasas de intereses de los endeudados de siempre -los deudores hipotecarios y prendarios-.
Y, como para este mayoritario sector no existen privilegios, su secuela natural, es precisamente el némesis del efecto primario: el desempleo masivo y la subsecuente quiebra del sistema.
Que, se prevé para este 2023, se llevará puestos quince millones de puestos de trabajo y que, en Wall Street. nadie acepta en reconocer, para que los operadores bursátiles, no se arrojen al vacío como, cuando lo de las Twin Towers.
Los chinos y rusos que, nunca conocieron la prodigalidad y, cuentan con economías más planificadas, están suficientemente contestes de estas brutales anomalías occidentales.
Deviniendo, todos estos desaguisados y criminales precipitados en una oportunidad, acaso única para girar la balanza en beneficio del Entente Moscovita Pekinés.
Y, en esa forzada bisagra, el Estimado Lector, deberá entrever la tan penosa como irreversible potencialidad de...
LA "BOMBA SUCIA" DE PUTIN Y EL FIN O COMIENZO DE UNA GUERRA TOTAL.
- Publicado por: Carlos Belgrano.
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