“Eres demasiado brillante”. “Lástima que seas tan brillante”. “A tu teatro le sobra brillantez”. Eso es lo que me han dicho algunos amigos. Y como creo que lo son, sus acusaciones debo meditarlas porque no supongo en ellas maldad alguna, sino un deseo de perfeccionamiento de alguien al que estiman.
(De la obra El complejo de Fallero)
Alberto Miralles Grancha nació el 23 de septiembre de 1940 en Elche, Alicante, España, estudió en Barcelona, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros, donde obtuvo su título en Ingeniería técnica química.
Naciendo en él su pasión por el teatro decide ingresar al Instituto de Teatro de Barcelona para estudiar Arte dramático y Dirección de escena y posteriormente Filología Hispánica en la Universidad Central.
En 1962 estrena su primera obra Aquella risa y Pisando Huellas, por el que recibió el Premio Nacional de Guiones para TVE.
En octubre de 1966, empieza a impartir clases de Interpretación en el Instituto del Teatro y en 1967 crea el grupo de Teatro Cátaro, donde se formarían intérpretes como Mercedes Sampietro o Jeannine Mestre. El grupo pretendía abordar una manera de hacer teatro que implicara una forma de vida y que buscara un espíritu comunitario con el que influir para que la sociedad fuera más solidaria. Para ello trataban de enfrentar al espectador con grandes tragedias provocadas por el hombre en la historia contemporánea, detalla Rosana Torres del diario El País en su reportaje Alberto Miralles, autor y director teatral.
En 1971 estrena la obra Las llagas pintadas y en 1974 Crucifernario de la culpable indecisión, por el que recibió el Premio Nacional Sitges.
En 1975 deja de dar clases y se traslada a Madrid. Trabajó como ayudante del desaparecido Adolfo Marsillach y alternó su labor escénica con la escritura de textos sobre teatro en diversas publicaciones, detalló en una nota el diario español El Mundo.
En 1977 publica el ensayo Nuevo teatro español: una alternativa social y en 1979 empieza a dar clases en el Taller de Artes Imaginarias (TAI) de Madrid.
En 1983 publica la novela Una semana pintada de negro, en 1984 Nuestra infancia y en 1989 Mi país es tu piel. En 1990 dirige la obraEl sueño de una noche de verano, ese año funda junto a otros directores la Asociación de Autores de Teatro y publica el ensayo Aproximación al Teatro Alternativo.
En 1991 dirige El misterio del teatro y en 1992 La fiesta del teatro. Le siguieron: Comisaría especial para mujeres (1993) y La edad de los prodigios (1994).
En 1995 es nombrado director de la Asociación de Autores de Teatro, en 1996 publica el cuento Medusa, en 1997 es galardonado con el Premio Ciudad de Peñíscola y el Premio Ateneo de Córdoba, en 1998 deja de la dirección de la AAT y estrena ese año Píntame en la eternidad.
En 1999 recibe el Premio José González Torices, en octubre de 2001 estrena la obra Juegos prohibidos, y publica el libro La dirección de actores en Cine, y en 2002 estrena Los amantes del Demonio, siendo todo un éxito, ganando el Premio de Teatro SGAE 2002.
En 2003 es diagnosticado con cáncer de pulmón, debido a ello su salud empezó a desmejorar, fue internado de urgencias en el Hospital de Madrid donde falleció el 2 de marzo de 2004 a la edad de 63 años, su cuerpo fue incinerado y sus cenizas se encuentran en su residencia en Madrid.
“Alberto era una persona que no se cortaba, era una persona que más acertado o más equivocado lo que pensaba lo decía, y lo expresaba sin tapujos ni miedo, era muy honesto y a veces podía ser brutal e incluso doloroso, lo conocí peleándome con él, me hizo una acusación y reconoció que se equivocó y a partir de ahí surgió una amistad, era muy peculiar”, expresó el filólogo y dramaturgo Abelardo Méndez.
Alberto estuvo casado con Carmen Hierro, con quien procreó a Alberto Miralles Hierro.
De manera póstuma, Alberto recibió el Premio Nacional de Literatura Dramática, y es considerado como uno de los autores imprescindibles del teatro independiente español.
- Harley Ezel
- Escritor y poeta nicaragüense
