Ocurre con las escopetas, se decía, pero muchos actos de la política son cargados por el mismo personaje y esa supuesta moción de Murcia, así lo ha demostrado. La desesperación es mala consejera y a estas alturas queda más que claro que la desesperación de Arrimadas es enorme, ella, que quiso ser la reina de los mares y que se ha quedado en triste barquichuela varada en la orilla.
Pero no queda mejor parado el PSOE, donde el Rasputín de Sánchez fue quien ideó esos movimientos con vistas a despojar a Casado de los centros de poder que aún conserva el PP, encargando a Ábalos como correo del Zar que propusiera a los de Arrimadas la acción que visto lo visto, ha terminado en desastre. Así, la moción de censura en Murcia se ha evaporado como por arte de birlibirloque y no por tránsfugas o por “traidores” a ninguna causa, si no por aquellos que si recordaban que una vez se dijo que nunca pactarían con Podemos y no hay que olvidar que este partido en vías de desaparición es, de momento, socio de los socialistas, los nuevos socialistas.
De rebote y ante la que se veía venir, Ayuso, sin complejos ni miedos, convoca a elecciones y que curioso, que los que después presentaron una moción de censura para cambiar de gobierno en la Comunidad, ahora sacan uñas y dientes para que prospere la misma, quieren su cambio, no el del pueblo y por ello no quieren elecciones, curiosa forma de gestionar la democracia.
Así que, si no pasa nada y no es de esperar que pase, en Murcia sigue gobernando el PP, en Madrid, las votaciones del 4 de mayo, probablemente aparquen del todo a Ciudadanos, rebajen las expectativas del nuevo PSOE y den una mayor presencia a Vox. Mientras el lunes en Madrid, seguramente relucirán los aceros mientras Inés del alma mía, se quitará de la directiva a algún cabeza de turco para seguir manteniéndose como lideresa de un partido que está ya a falta de recibir la extrema unción, política por supuesto.
Fernando García – El farolillo rojo 2021
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