Hablemos de prostitución. Susana Pastor y Joaquín oliva Aportan argumentos a naciones unidas
Francia donde está abolida
¿Hipocresía en España mientras Europa guarda silencio?
Prostitución tuvimos una conversación con Daniela, una trabajadora sexual que estuvo trabajando en Bahamas y fue víctima de trata y explotación sexual.
Daniela, con tan solo 18 años, fue a Bahamas siguiendo a una amiga que no le explicó verdaderamente a lo que iban.
Una joven de tan solo 18 años, ingenua y con la necesidad de ganar dinero debido a problemas en su hogar, decidió probar suerte y, con tan solo 20 dólares, llegó a Bahamas.
Ella mencionó que en el avión no le permitieron sentarse con nadie. Al llegar al aeropuerto, llevaba un papel con un nombre y tenía que entregárselo al guardia en la frontera. A pesar de no estar vacunada contra la fiebre amarilla, logró pasar con ese papel con el nombre.
Durante una semana, estuvo apartada y sola de sus compañeras. Cuando finalmente la llevaron con ellas, su primera salida fue a una discoteca, donde estuvieron acompañadas por guardaespaldas armados mientras atendían a los clientes.
Ellas siempre estaban vigiladas por personal armado y nunca se quedaban solas. Eran intimidadas con armas, lo que las mantenía en silencio por miedo.
Por cada error que cometían, les aumentaban la deuda con multas que iban desde no lavar un plato hasta recriminar cualquier cosa.
Una compañera la ayudó a salir de esa situación. Salieron juntas con un hombre rico de la isla y llegaron a Miami.
Ella llegó a España y estuvo dos meses sin salir de casa por miedo. Al ver que las mujeres en España trabajaban de manera diferente y con más libertad, decidió volver a la prostitución aquí en España.
Inicialmente trabajó de forma independiente, pero después de perder a dos amigas, una por sobredosis y otra por agresión, decidió trabajar en un burdel. Al observar el comportamiento de quien dirigía el lugar, adquirió confianza y decidió quedarse a trabajar allí.
Ella se ríe cuando escucha a las abolicionistas hablar de trata y explotación en España, comentando: “Si supieran la realidad de lo que es la trata y explotación, no actuarían así”.
En Bahamas la prostitución es ilegal, lo que conlleva a la presencia de mafias y trata, ya que las personas que trabajan en este ámbito no se arriesgan a ir a la policía debido a su conocida ilegalidad.
Ella expresa su preocupación de que lo que pasó en Bahamas pueda repetirse en España si se lleva a cabo la abolición. Considera que no entiende por qué no comprenden la realidad, y expresa su opinión de que la abolición no acabará con la prostitución.
Ella expresa temor hacia las mujeres que buscan legislar sin comprender el sector de la prostitución.
Ella cuestiona quién realmente está explotando a quién, ya que parece que el gobierno quiere que sean realmente explotadas, a pesar de que en realidad en España están bien.
Ella señala que ha tenido clientes que son magistrados, diputados y altos cargos, y todos ellos han venido y se han ido sin problemas, ya que saben que están bien. Sugiere que si no fuera así, ¿qué tipo de políticos tendríamos, insinuando que serían delincuentes?
Ella hace un llamado para que dejen de juzgarlas, sugiriendo que si otros no estuvieran en su situación, no deberían criticarlas, y les pide que se pongan en su lugar antes de opinar.
Ella enfatiza que nadie tiene derecho a decirle qué hacer o qué no hacer, y que trabaja en esto porque así lo desea. Afirma que no busca ayuda, sino libertad para trabajar.
Ella, como víctima de trata en otro país donde la prostitución es ilegal, advierte que la abolición traerá consigo mucha delincuencia.
Ella defiende la regulación como la mejor alternativa y critica a quienes no lo ven así, sugiriendo que o bien tienen un severo problema mental o que sus intereses son mucho más importantes que la vida de las trabajadoras sexuales.
Susana Pastor
