Ángela Landete. El viaje de Haidi.
Hay libros que te gustan, libros que te entretienen y libros que te llegan al corazón. ¿Por qué te llegan al corazón algunos libros? Porque absorbiste un mensaje, aprendiste una moraleja o simplemente te viste reflejada tú, o tu vida en este libro.
Me gustaría, lector, que hoy sí que leyeras esta entrevista porque pienso que hoy toca un libro de los que llegan al corazón. Un libro en el que su autora expresa de una manera soberbia una historia en la que un personaje emprende un viaje a…
No, será mejor que lo leas tú mismo.
El viaje de Haidi es el libro que hoy conoceremos. Su autora Ángela Landete será la encargada de que el lector quede tan impresionado de sus respuestas como yo quedé de ellas.
Y sin más preámbulos, vamos a conocerla.
María: Ángela Landete Arnal es la autora que hoy nos acompaña. ¿Qué podríamos saber sobre ti, Ángela?
Ángela Landete: Tengo cincuenta años, vivo con mi marido y nuestros tres hijos en El Masnou, un municipio cerca de Barcelona. Estudié filología inglesa y a lo largo de mi carrera profesional he ocupado puestos de oficina, traducción y docencia. Mi última labor fue como profesora durante más de diez años en una academia de inglés de mi localidad, un trabajo que realizaba con entusiasmo. Un buen día me diagnosticaron lupus sistémico (una enfermedad crónica del sistema inmunológico) y, al cabo de seis meses, fibromialgia. El dolor repartido por todo el cuerpo, la fatiga extrema, la dificultad para pensar con claridad, entre otros síntomas, resultan invalidantes; su intensidad y frecuencia varían constantemente y se hace imposible ceñirse a un horario fijo, así que tuve que apartarme del mundo laboral de forma involuntaria. Las enfermedades y la apatía me llevaron a una fuerte depresión que duró casi tres años. Levanté cabeza gracias a una disciplina oriental llamada chikung y a la escritura; la primera me brindó el coraje suficiente para emprender la segunda.
María: Te declaras fiel admiradora de dos grandes escritoras como son Jane Austen y Emily Brontë. ¿Qué encuentras en estas dos autoras que no hallas los demás escritores?
Ángela Landete: Soy romántica en los dos sentidos de la palabra: el amor y el movimiento cultural del Romanticismo. De Austen me maravilla la exquisitez en los modales, el trato respetuoso, el acercamiento pausado entre dos personas que se atraen, la elegancia del lenguaje. De Brontë me fascina la viva descripción del paisaje natural, el poder de los elementos sobre los seres humanos, la exaltación de las emociones (celos, codicia, odio, pasión, lealtad...) y su capacidad tanto de destrucción como de creación. Probablemente hallaría las particularidades de ambas en otros autores de la época pero, desde mi punto de vista, las historias de amor entre Darcy y Elizabeth, por un lado, y Heathcliff y Catherine, por otro, son inmortales e incomparables.
María: En una conversación que tuvimos tú y yo me contaste que El viaje de Haidi es catalogado como “libro de autoayuda subliminal”. Pienso que es una pregunta interesante para hacerte porque quiero que le expliques al lector porqué lo catalogaron así.
Ángela Landete: Detrás del maravilloso romance se encuentran las reflexiones de la protagonista, con las cuales se aprecia su rotundo progreso emocional. Es mi manera de decir al mundo que se debe vivir en lugar de sobrevivir, que se puede incluso caminar cerca de la felicidad. ¿El método? Ser amigos de nuestra realidad, abrazarla. Si la situación que nos envuelve no es modificable —como la pérdida de un ser querido, una enfermedad crónica o un trauma pasado—, es una pérdida de tiempo y energía dedicarle excesivos pensamientos. Esta actitud es únicamente perjudicial. A medida que avanza la historia, somos testigos del cambio en la protagonista, así como de los comentarios personales que le voy haciendo en cursiva, donde le recomiendo aceptación, gratitud y plena atención al presente. Es la mejoría que hace Haidi, y también la que he hecho yo; es la que deseo a todas aquellas personas que viven angustiadas con su realidad.
Alistair, impaciente por verla y tocarla, había llegado con algo más de veinte minutos de antelación al lugar, pero ahora sabía que había merecido la pena. Allí estaba, una recatada pero arrebatadora ninfa, ataviada con un vestido negro del mismo estilo que el que lucía en la fiesta donde la conoció, entallado pero con un poco de vuelo, zapatos de tacón y un abrigo de pelo de color crema, desabotonado, que contrastaba con el oscuro vestido.
No podía dejar de contemplarla fascinado.
Ángela Landete. El viaje de Haidi.
María: Tu primer libro se titula El viaje de Haidi. ¿Es una novela autobiográfica? Y, si es así, ¿por qué tomas esta valiente decisión?
Ángela Landete: La novela cuenta con un gran componente autobiográfico y es que la evolución emocional de la protagonista es la mía propia. A través de mi experiencia con la enfermedad, he aprendido a valorar las cosas —incluso las pequeñas— de un modo más profundo, a ver la vida desde un prisma más colorido, a vivir en aceptación y gratitud. No basta con decirlo, ni siquiera con creerlo; hay que integrarlo. Cuando logras hacerlo, la magnitud de las dificultades se diluye, los problemas pierden fuerza y llegas a un estado de conformidad y paz interior. Es mi intención compartir este aprendizaje con Haidi y que ella, a su vez, lo transmita a un lector tras otro, pues creo que es un tesoro demasiado valioso como para adueñarme de él.
María: El viaje de Haidi. ¿Qué significado tiene este título? La palabra “viaje” es la que me descoloca por eso quiero que lo expliques. ¿Es un viaje que hace a otro país o países, o es un viaje interior?
Ángela Landete: De hecho, hace referencia a las dos cosas. Por un lado, la historia está ambientada en 1983 y la protagonista se ve obligada a viajar hasta Inglaterra en busca de un tratamiento médico que no existía entonces en España; por otro lado, a partir de una visita médica en particular, Haidi inicia un viaje emocional, un reconocimiento interior con el cual analiza su pasado, su presente e incluso su futuro más probable. Este análisis la lleva a reflexionar también sobre su actitud frente a la vida, la cual se verá transformada tras un intenso proceso de maduración.
María:¿De qué trata esta historia?
Ángela Landete: Haidi es una muchacha sensible y retraída que padece fibrosis quística —una enfermedad pulmonar degenerativa— y que ha sido víctima del desamor y la negligencia de un padre toxicómano. Todo ello la convierte en una persona tremendamente derrotista. Tras pasar la adolescencia en un centro de menores, se ve obligada a buscar el único remedio para su enfermedad en Inglaterra, país caracterizado en esa época por tajantes medidas contra inmigración, pues nos situamos ahora en 1983. Allí se embarca en una tórrida aventura con el irresistible Lord Ashley, a quien cautiva por completo con su cabello bermejo, su escasa talla y su candor. Cohibida ante las frías maneras del parlamentario, ella se niega a explicar su crítica situación a un desconocido con una vida tan antagónica a la suya; él, escarmentado y decepcionado con sus anteriores relaciones, se muestra receloso y mezquino con sus privilegios y su poder. Pero el tiempo va pasando, sobre todo para Haidi.
Cuando se despidieron y colgaron el teléfono, Alistair tenía tanto dolor de cabeza que éste le hizo gimotear; nunca había sufrido las jaquecas de las que estaba siendo víctima estas dos últimas semanas. Y aún tenía que recoger el papelerío que había esparcido por la alfombra con sus aspavientos. Se sentó a la mesa del despacho con la cabeza hundida en las manos. Su rudo discurso hería la sensibilidad de aquella joven, pero a él le rompía su propio corazón porque lo que en realidad deseaba decirle era que le gustaba, que estaba prendado de ella, que la cuidaría, que intentaría hacerla feliz…
Ángela Landete. El viaje de Haidi.
María: ¿Nos hablarías de los personajes?
Ángela Landete: Los protagonistas principales son Haidi y Alistair, ambos con sus respectivos aprendizajes. Ella debe dejar atrás el derrotismo y el victimismo para descubrir a la luchadora que lleva en su interior, hacer frente a los demonios del pasado y a una enfermedad que avanza sin tregua; él tiene que desprenderse de la desconfianza acumulada para que su sensibilidad vea la luz. Aunque marcados por experiencias muy distintas, los dos deben aprender a soltar el pasado.
Tomás y Anabel, los padres de Haidi, forman una pareja de toxicómanos en la que confluyen las decisiones erradas y la mala fortuna.
Catherine y Reginald, los padres de Alistair, son dos personas unidas por el poder económico y político pero con valores morales opuestos. A través de Reginald y de su hijo Aaron vemos la vertiente más arcaica y conservadora de la clase pudiente.
De las amigas de Haidi, Aika se convierte en la más cercana y en quien la española confía todos sus temores.
María: ¿Dónde puede encontrarte el lector? Y si desean comprar tu libro, ¿dónde pueden conseguirlo?
Ángela Landete: Hace año y medio creé una hermosa galería en Instagram (@lovelace.letras) donde escribo breves textos de prosa poética inspirada en la naturaleza. También cuento con una página web (www.lovelace.es) donde incluyo todos los movimientos que hago como escritora. El libro está tanto en formato de papel como electrónico y se puede adquirir por varias vías: mi página web, la web de la editorial (www.autografia.es), Amazon, Casa del Libro, Corte Inglés, Fnac; en el caso de Latinoamérica, la editorial dispone de varios enlaces que aparecen detallados en mi página web. Para cualquier duda, mi dirección electrónica es la siguiente: info@lovelace.es. Por último, si alguien desea un ejemplar firmado, puede pedírmelo por e-mail o por mensaje directo en Instagram.
Hoy nos despediremos con un hermoso poema de Gabriel García Márquez titulado: “Viajar”.
Viajar es marcharse de casa,
es dejar los amigos
es intentar volar
volar conociendo otras ramas
recorriendo caminos
es intentar cambiar.
Viajar es vestirse de loco
es decir “no me importa”
es querer regresar.
Regresar valorando lo poco
saboreando una copa,
es desear empezar.
Viajar es sentirse poeta,
es escribir una carta,
es querer abrazar.
Abrazar al llegar a una puerta
añorando la calma
es dejarse besar.
Viajar es volverse mundano
es conocer otra gente
es volver a empezar.
Empezar extendiendo la mano,
aprendiendo del fuerte,
es sentir soledad.
Viajar es marcharse de casa,
es vestirse de loco
diciendo todo y nada con una postal,
Es dormir en otra cama,
sentir que el tiempo es corto,
viajar es regresar.
María Torres.
Conociendo al autor. Conversaciones.
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