Un recluso de la cárcel de Ocaña (Toledo) ha sido detenido por la Policía Nacional tras descubrir que participó en un robo a mano armada en un bar de Elche (Alicante) en el año 2020. El hombre ya se encontraba cumpliendo condena por otros delitos en la prisión toledana.
Los hechos se remontan a principios de 2020, cuando dos hombres encapuchados, uno de ellos con pistola, entraron en una cafetería de Elche gritando «¡esto es un atraco!». Amenazaron a las dos propietarias, madre e hija, y se produjo un forcejeo en el que una de ellas roció con espray de limpieza a uno de los asaltantes, provocándole molestias que lo llevaron a quitarse la capucha y arrojarla al suelo.
Los ladrones no consiguieron abrir la caja registradora y huyeron del lugar. Uno de ellos, un hombre de 61 años, fue detenido poco después gracias a una rápida investigación. El otro, sin embargo, logró escapar.
La capucha que dejó caer durante el robo resultó ser una pieza clave para su identificación. Los agentes de la Policía Científica recogieron la prenda y analizaron las muestras de ADN, que coincidieron con las de un hombre que ya había sido detenido anteriormente y cuyo ADN estaba registrado en la base de datos nacional.
Durante cuatro años, los agentes buscaron al segundo sospechoso. Finalmente, lo localizaron en el Centro Penitenciario Ocaña I, donde cumplía condena por otros delitos.
El hombre, de 55 años, fue detenido y se le leyeron sus derechos por la presunta comisión de un delito de robo con violencia e intimidación. Las actuaciones de los agentes fueron remitidas al Juzgado de Instrucción de Elche, que se encargará del caso.
Claves de la investigación
- La rápida intervención de las víctimas permitió la detención de uno de los ladrones poco después del atraco.
- La capucha que dejó caer uno de los asaltantes fue fundamental para su identificación.
- El análisis de ADN permitió a los agentes localizar al segundo sospechoso cuatro años después del robo.
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