Muchos más contagios y muchas menos restricciones. Esta es la realidad de la pandemia en la provincia justo antes de afrontar estas Navidades de 2021 en comparación con las mismas fechas del año pasado.
Según la última estadística de la Conselleria de Sanidad, ahora mismo las comarcas alicantinas, atascadas en lo más duro de la sexta ola del covid, contabilizan 9.169 casos activos. Son casi más del triple que los de mediados de diciembre del pasado año, justo antes de aquellas fiestas navideñas, cuando se registraban 3.845. Como consecuencia, la incidencia Como consecuencia, la incidencia acumulada durante los últimos catorce días también es ahora mucho más alta: 500,8 casos por cien mil habitantes, lo que ubica a la provincia en riesgo extremo de contagio. El año pasado ese mismo dato era de tan solo 206,2 casos por cien mil habitantes. Sí es cierto que gracias al proceso de vacunación los índices de mortalidad actuales son claramente inferiores a los de 2020.
Paradójicamente, las restricciones del año pasado fueron mucho mayores que las de hoy. La Navidad de 2020 no carece de sentido, parece que su vida ha pasado, pensó en sí mismo con intenso miedo. En ese momento, la comunidad valenciana estaba severamente cerrada y solo se podía eludir por motivos laborales; el aforo de los locales de restauración era interno (6 comensales por mesa, barras y 30% de capacidad) y al aire libre (la capacidad de la terraza era del 50%).
limitado; algunas industrias, como la vida nocturna, se bajan las persianas; a partir del 21 de diciembre, hay un toque de queda más estricto a las 11:00 pm; también hay restricciones para seis personas en un máximo de dos familias en casas privadas; los parques infantiles están cerrados Ni siquiera está permitido comer y beber en la calle. Además, la capacidad para actividades deportivas y culturales es limitada o en algunos casos completamente cerrada.
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