Perder parte de nuestra identidad siempre es una pérdida para todos. En mi caso, la horchata del kiosko Peret es mucho más que una bebida refrescante en un día caluroso.
Se dice que la infancia es nuestra patria, el lugar al que anhelamos regresar. En mi caso, esa infancia idílica está intrínsecamente ligada a la horchata del kiosko Peret. Este icónico kiosko de helados en la Explanada de España, el corazón de la ciudad, es mucho más que un lugar de venta de delicias heladas. Es un símbolo arraigado en la memoria colectiva de los alicantinos, tan significativo como el imponente Castillo de Santa Bárbara o la icónica playa del Postiguet.
- El café granizado, la horchata y los helados de vainilla y chocolate son pilares de la experiencia sensorial que ofrece este emblemático lugar.
- Cada sorbo de horchata trae consigo recuerdos de veranos interminables y tardes bajo el sol mediterráneo.
- El kiosko Peret no solo es un punto de venta, es un testigo silencioso de generaciones de familias alicantinas que han disfrutado de sus delicias.
En la ciudad abierta al mar, cada verano mi abuela Matilde alquilaba una sombrilla en la playa. Así, mi infancia está intrínsecamente ligada a la arena dorada, las olas del mar y, por supuesto, al kiosko Peret. Situado frente al portal de la Casa Carbonell, en el número 1 de la Explanada, este lugar se convirtió en un punto de encuentro familiar, un lugar donde los recuerdos se entrelazan con el sabor dulce de la horchata.
Cada sorbo de esta bebida refrescante es un viaje en el tiempo, una conexión con mis raíces y una forma de preservar la esencia de una época dorada. La horchata del kiosko Peret no es solo un producto, es un símbolo de pertenencia, un tesoro que atesoro en lo más profundo de mi ser.
Descubriendo el Legado de Peret, Más que una Heladería
Un Icono de Alicante: Peret
Ese icónico kiosko de helados llamado Peret es mucho más que eso. Ha sido y sigue siendo un punto de encuentro y referencia para los alicantinos. Es el lugar emblemático donde quedar para planificar las actividades del día, con la clásica frase «nos vemos en Peret». En un mundo donde las ciudades se vuelven cada vez más homogéneas y las grandes marcas dominan el comercio, lugares como la heladería Peret destacan por su singularidad y arraigo en la comunidad.
Un Vínculo Emocional
Recordar Peret evoca recuerdos entrañables y emociones profundas. ¿Quién no ha comprado una horchata por encargo de un ser querido en este lugar? Personalmente, no puedo evitar sentir nostalgia al recordar esos momentos compartidos con mi abuela, disfrutando de la horchata mientras contemplábamos las palmeras y el puerto de Alicante desde la Casa Carbonell. Las palmeras, el puerto, los barcos y la playa del Postiguet siguen siendo testigos de nuestra historia.
Una Pérdida para la Identidad
El cierre de Peret representa más que el fin de una heladería. Es una pérdida para la identidad de Alicante y sus habitantes. Aunque en el futuro una nueva Peret pueda servir horchata, la esencia y el legado del lugar original siempre serán irreemplazables. Todos nos convertimos en huérfanos de una parte de nuestra historia al despedirnos de este icónico establecimiento.
Deja una respuesta