El presunto asesinato de un amigo por parte de una mujer rusa en mayo de 2015 ha desatado acaloradas discusiones. El asesino presuntamente atacó a su compañera mientras viajaba a Moscú en un automóvil, la quemó con gasolina y la empujó por un barranco. Siete años después, la Policía Nacional detuvo a la presunta agresora en la puerta de su domicilio en Alicante, y pesaba sobre ella una orden de detención internacional. La detenida se enfrenta a un juicio que conlleva una pena máxima de 15 años de prisión si el Juzgado de Instrucción VI de la Audiencia Nacional aprueba su extradición a Rusia.
La orden de allanamiento no detalló los motivos de la discusión, que tuvo lugar en el apartamento de la víctima en Pochinki, un pueblo rural de unos 11.000 habitantes, 600 kilómetros al sureste de Moscú. Tras la pelea, la presunta asesina le ofreció a su amiga viajar a la capital rusa en su propio vehículo, en lo que parecía ser una tregua. Sin embargo, justo a la mitad del camino, en las afueras del pueblo de Lazarevo, hogar de solo 500 residentes, la conductora detuvo abruptamente su automóvil y golpeó a la víctima en la cabeza. Luego la sacó del auto, la arrastró a una zanja, roció su cuerpo con gasolina, le prendió fuego y envió a su amiga que estaba en llamas montaña abajo.
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