Ataques de ansiedad en un autobús por el Calor en alicante

El interior del autocar rozó los 40 grados y varias personas necesitaron atención de los servicios sanitarios.

El regreso de decenas de jóvenes alicantinos al Festival del Arenal en Burriana (Castellón) ha desatado la polémica. Uno de los autobuses oficiales del evento no tenía aire acondicionado y tocó los 40 grados durante el viaje.

Debido a la gran cantidad de personas en el automóvil y la falta de ventilación, el calor era mucho mayor, lo que provocó que varios se marearan y deshidrataran en el automóvil.

Una vez en el camino, el joven le pidió al conductor que se detuviera. Ante la falta de refrigeración, quisieron hacerse cargo del regreso a Alicante y buscar medios de transporte alternativos. Sin embargo, según los informes, el conductor no se detuvo.
Los jóvenes están abrumados por la situación, y viendo que aún quedan horas, incluso se plantean llamar a las autoridades y alertarles de la situación. Finalmente, vieron a los dos agentes a través de la ventanilla del coche, por lo que comenzaron a golpear el cristal y a gritar pidiendo ayuda.

Según el propio joven, tras el alto de los agentes, los servicios sanitarios llegaron al lugar y tuvieron que atender a varios pasajeros que iban en el coche por un golpe de calor.

Para Julia, una de las pasajeras del bus, “el viaje de ida fue tranquilo, pero el de regreso fue terrible.” Al llegar, notaron que los conductos de ventilación echaban aire caliente, pero pensaron que era porque el bus acababa de arrancar. El sistema necesita tiempo para empezar a funcionar, recordó.

Asegura que "cuando se cierra la puerta, han pasado cinco minutos y la gente tiene que levantarse porque el calor es insoportable" y pronto los ocupantes se encuentran "goteando como si acabaran de ducharse". El ambiente en el auto se tornó tenso, por lo que uno de los ocupantes tomó un martillo de emergencia e intentó romper el vidrio del autobús, pero fue detenido por otros pasajeros.

Al final, según él, "los policías se quedaron boquiabiertos cuando nos vieron" y cuando bajamos del coche, "a pesar del sol, sentimos como si la calle tuviera aire acondicionado".

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