💧Alicante: el chabolismo se intensifica por las amenazas de inundación
La proliferación de asentamientos ilegales en las partidas rurales de Alicante
En los últimos años, el paisaje rural de Alicante ha sido testigo de un fenómeno preocupante: la proliferación de asentamientos ilegales en zonas periféricas de la ciudad. Estas construcciones precarias, comúnmente conocidas como chabolas, han comenzado a generar inquietud tanto entre los vecinos como en las autoridades locales, quienes se han visto obligadas a actuar debido al riesgo creciente de inundaciones y las condiciones insostenibles de estos asentamientos.
La crisis de la vivienda, la falta de alternativas accesibles y el aumento de la presión social han sido factores clave que han impulsado este fenómeno. Aunque la problemática venía gestándose desde hace tiempo, ha sido la reciente tragedia ocurrida en Valencia, donde varias vidas se perdieron debido a las lluvias torrenciales, lo que ha puesto en alerta a las autoridades de Alicante. La catástrofe ha revelado que muchas de estas viviendas precarias están ubicadas en terrenos inundables, lo que aumenta considerablemente el riesgo para sus ocupantes.
La situación de las viviendas ilegales en zonas de riesgo
40 expedientes abiertos por obras ilegales
El Ayuntamiento de Alicante ha tomado conciencia de la magnitud de la situación y ha comenzado a actuar de manera inmediata. Actualmente, existen más de 40 expedientes abiertos en la Concejalía de Urbanismo por obras ilegales de reparcelación en suelo no urbanizable, una parte significativa de las cuales se encuentran en terrenos clasificados como rambla. Estas zonas, normalmente secas, son vulnerables a ser arrasadas por las aguas en caso de lluvias torrenciales.
En muchas de las partidas rurales, como Cañada del Fenollar o El Moralet, se encuentran estos asentamientos, que aunque en su mayoría parecen inofensivos, están asentados sobre suelos con un grave potencial de inundación. Los residentes de estos lugares han expresado su preocupación ante el riesgo que enfrentan, especialmente en épocas de lluvias intensas, cuando el agua puede desplazarse rápidamente hacia el mar, arrasando cualquier estructura en su camino.
El Ayuntamiento actúa con urgencia
Ante la creciente alarma social y la tragedia que ha puesto en evidencia los peligros de estas construcciones precarias, el alcalde de Alicante, Luis Barcala, ha decidido tomar medidas. La campaña municipal ha comenzado con la emisión de un decreto que paraliza y suspende de forma inmediata todas las obras de edificación o uso del suelo en las zonas afectadas. El objetivo es evitar que se continúe con el desarrollo de estas construcciones ilegales que no cumplen con el planeamiento urbano ni garantizan la seguridad de sus habitantes.
Además, el alcalde ha solicitado a la Agencia Valenciana de Protección del Territorio que priorice las actuaciones en estas áreas de riesgo. Esta solicitud busca acelerar el proceso de desmantelamiento de los asentamientos ilegales, comenzando por aquellos ubicados en zonas con mayor probabilidad de ser afectadas por las lluvias torrenciales.
La intervención de la Policía Local
El cumplimiento de las órdenes de paralización será supervisado por los agentes de la Policía Local, quienes se encargarán de precintar las obras ilegales y proceder con la notificación a la Autoridad Judicial si se detecta el incumplimiento de la orden de paralización. La sanción, en caso de desobediencia, podría implicar una denuncia por desobediencia/resistencia, lo que pondría en evidencia la gravedad de la situación y la necesidad de tomar medidas drásticas.
Las denuncias vecinales: el origen de la preocupación
El colectivo vecinal alza la voz
Las denuncias vecinales han sido un factor crucial para que el asunto tomara relevancia en las autoridades locales. A lo largo de los últimos meses, varias asociaciones vecinales han alertado sobre el impacto negativo que los asentamientos ilegales están teniendo en las zonas rurales de Alicante. Uno de los colectivos más activos ha sido la Asociación de Vecinos de La Cañada del Fenollar, que, a través de un escrito, denunció públicamente la proliferación de estos asentamientos en zonas especialmente peligrosas.
Según la denuncia, muchos de estos asentamientos se encuentran en ramblas inundables y áreas clasificadas como de peligrosidad geomorfológica. En algunos casos, incluso se ha reportado la construcción de muros de bloques en las ramblas, lo que aumenta el riesgo de inundaciones. Este tipo de construcciones no solo pone en peligro la vida de los ocupantes de las chabolas, sino también la de los vecinos que viven en áreas cercanas, ya que podría desencadenar un aumento del riesgo de inundaciones en toda la zona.
El deterioro ambiental y urbanístico
Los residentes también han alertado sobre el deterioro ambiental y urbanístico que están provocando estos asentamientos ilegales. La falta de infraestructuras adecuadas y de planificación urbanística ha transformado algunas de las áreas rurales en verdaderos focos de pobreza y degradación. A la problemática de la vivienda se suma la falta de servicios básicos, lo que contribuye a la marginalización de las personas que habitan en estos asentamientos.
¿Qué soluciones se proponen?
Desmantelamiento y reubicación de los ocupantes
La principal solución que propone el Ayuntamiento de Alicante es el desmantelamiento de los asentamientos ilegales. Este proceso implica, en primer lugar, la paralización de las obras y la suspensión de las construcciones ilegales en zonas de riesgo. A largo plazo, se está trabajando en la creación de planes de reubicación para las personas afectadas, con el objetivo de ofrecerles una vivienda digna y segura en lugares no sujetos a riesgos de inundación.
El proceso de reubicación no será fácil, ya que se debe gestionar tanto la disponibilidad de terrenos adecuados como los recursos necesarios para construir viviendas asequibles para las personas más vulnerables.
Planificación urbana para evitar nuevos asentamientos
El futuro de las zonas rurales de Alicante dependerá en gran medida de la capacidad de las autoridades locales para implementar una planificación urbana adecuada. En este sentido, se deben establecer medidas claras para evitar que los asentamientos ilegales continúen proliferando en el extrarradio de la ciudad.
Conclusión
La proliferación de asentamientos ilegales en las partidas rurales de Alicante ha puesto de manifiesto una de las facetas más sombrías de la crisis de la vivienda en la ciudad. Los riesgos asociados a la ubicación de estas viviendas precarias en zonas inundables han obligado a las autoridades a intervenir con urgencia. La movilización de los vecinos y la reciente tragedia en Valencia han sido factores decisivos para que el Ayuntamiento de Alicante adopte medidas inmediatas.
El desmantelamiento de estos asentamientos y la reubicación de los afectados será un desafío complejo, pero necesario para garantizar la seguridad de los residentes y la protección del entorno urbano. A medida que se implementen estas acciones, la esperanza es que la ciudad logre poner freno al retorno del chabolismo y garantizar un futuro más seguro y sostenible para todos sus habitantes.
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