La caída de Sálvame comenzó hace algunos años, justo cuando Jorge Javier Vázquez se creyó intocable y sacó su carácter de jefecillo dictador. Les suele pasar a los acomplejados, a los que no mandan ni en su casa y la pagan con los empleados sacando un ordeno y mando a todas horas.
Humilló y echó del plantó a Olvido Hormigos llamándola fulana, echó del plató a la madre de Aida Nizar y a Lucía Pariente, todo mujeres, cuando el pequeño dictador se las da de feminista. Y un buen día soltó la frase del millón: “Este programa es de rojos y maricones”, y se le puso media España en contra, porque no se puede ser más necio y más inoportuno.
De la otra media que quedaba con el viento a su favor, otra mitad salió escopetada con la docuserie de Rociito, donde se le nombró “maltratada del año” saliendo incluso la ministra de igualdad a defenderla en el mismísimo programa, que fue la gota que colmó el vaso. Porque tengo la sensación de que cada vez que sale a pronunciarse Irene Montero algo va a salir mal, y al tiempo es así.
Y salió a defender a Rocío, al igual que defendió en su momento a Juana Rivas, y mirar el final de la tal Juana, condenada por la justicia Italiana y sin la custodia de sus hijos. Si Irene se hubiera dado un punto en la boca igual ni Rocío estaría ahora vetada en tele 5 ni Juana sin hijos, porque Irenita es gafe también.
Sálvame por aquél entonces se creía en posesión de “la verdad absoluta”, y todo aquel colaborador que pusiera en duda la palabra de Rocío era despedido. Empezaron despidiendo de forma fulminante a Antonio David Flores, al que llamaron maltratador por activa y por pasiva a pesar de que nunca ha sido condenado por maltrato.
Luego vino el despido de Diego Arrabal o de Jesús Manuel Ruiz, del que se encargó Carlota Corredera ya que no comulgaban con la versión de Rocío al 100 por 100, y por ponerla en duda, la dictadora Carlota tomó medidas.
Y la gente que quedaba, ese 25% de telespectadores fieles al programa, se fueron cansando de tanto cotilleo y tanta sangre que hacían a diario sacando los peores trapos sucios de todo el mundo, incluso de ellos. Y llego el despido de Carlota Corredera, merecidísimo. Una mujer que ha salido por la puerta grande para no volver, contagiada ya con el mismo gafe que tiene Rocío Carrasco y la ministra Irene Montero, que por donde pasan no crece la hierba.
Se les ha quedado la cosa en el 10%, más o menos de morbosos fieles a esta bazofia de programa, así que la Fábrica de la Tele no tiene otra opción que acabar con Sálvame, ya a la deriva y disparando a todos sitios, sin valores ni principios.
Leo en las redes, porque te meten con calzador todas las novedades del programa estercolero, que llevan toda la semana despidiéndose “por trompetas y caballos”. Un día traen a un experto en currículum para que les ayude a buscar un nuevo trabajo. Otro día traen a unas santeras para que purifiquen del gafe que tiene ese plató (cuando el gafe lo tienen ellos contagiado por el de Rociito, Irene y Carlota), y así cada día tirando de humor intenta reirse de ellos mismos. No cuela, se les ve rabiosos por este despido en el que La Fábrica de la Tele deja en la calle a 150 trabajadores mediante un ERE, del que son responsables Jorge Javier Vázquez, Rocío Carrasco, Carlota Corredera y David Valdeperas, por su forma despótica de hacer televisión.
Kiko Matamoros, ha concedido una entrevista para desvelar su futuro profesional. Dice que va a vivir de la noche porque tiene muchas ofertas… ¡Dios mío! ¿Tiene aún ganas de trabajar en la noche? Lo lógico es que se jubilara y asumiera su edad o que montara un negocio con sus amigos (asadero de pollos, comidas para llevar, bar de copas…), o que vivan de sus ahorros, que deben de tener guardada una buena moña.